Acidificación antártica como termómetro de los efectos del cambio climático

Científicos instalaron en la Antártida medidores de ph en los mares que rodean el continente helado con el fin de obtener datos de las consecuencias del cambio climático a través del monitoreo de los niveles de acidificación de sus aguas.

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En el marco de la Expedición Científica Antártica (ECA) 55, llevada a cabo entre enero y marzo de este año, los especialistas sumergieron un sensor a 30 metros de profundidad que, entre otras funciones, está destinado a medir el ph del agua.

Este proyecto, que se realizó en la bahía Sur, en la isla Doumer de la península antártica, consistió en botar desde un barco una cápsula que permanecerá bajo el agua durante un año y entregará datos cada tres horas para conseguir una recopilación completa de las variaciones de la acidificación.

Este proceso, que se produce cuando el ph de los mares disminuye, ya estaba siendo medido por los científicos chilenos en los últimos tres años, pero la novedad es que ahora se podrán tener datos también en el invierto de la Antártida, cuando los mares se congelan y las condiciones climáticas no permiten expediciones. El biólogo marino Emilio Alarcón, científico del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), recalcó la importancia de “tener registros continuos de varias variables oceanográficas”.

“La medición del ph es una medida de la acidez del agua del mar y tiene que ver principalmente con uno de los efectos del cambio climático a partir del aumento de CO2 en la atmósfera”, destacó el experto. Estos datos ayudarán a entender la dinámica de los ecosistemas marinos costeros del continente helado y así conocer la variabilidad de la química del agua y de los procesos biológicos y físicos que en ella se desarrollan.

“Deseamos conocer el rol que tiene el océano, principalmente el océano Austral, respecto a la absorción de CO2 que finalmente podría tener efectos de una mayor acidez en el sistema marino. Por lo tanto es pertinente realizar este monitoreo de la variable de ph”, indicó Alarcón.

Con esa información se podrán crear futuros análisis de propuesta de área marina protegida en la Antártida, ya que las predicciones de cambio climático indican que los mares continuarán acidificándose debido al incremento del CO2 atmosférico.

“La Antártica es uno de los sistemas más susceptibles al cambio climático y, por ello, es necesario entender qué está ocurriendo en las distintas zonas. Los reportes sobre acidificación de los océanos en el continente blanco son escasos, debido a las complejidades logísticas que implica llegar hasta allí”, señaló el científico chileno.

Los cambios en los niveles de acidificación en los mares antárticos podrían tener, según los científicos, gran influencia en los organismos que viven en el agua y en el fondo marino.

Si el ph baja la acidez del agua sube y la convierte en más corrosiva, por lo que especies como los moluscos, que necesitan calcificar en etapas tempranas y adultas, podrían verse afectadas en su proceso de adquisición de carbonato de calcio desde el agua.

Los científicos de esta expedición tiene previsto retirar los sensores el próximo febrero y los resultados conseguidos serán comparados con un estudio similar realizado en el Ártico. 

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