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La tradición de decorar árboles de Navidad se remonta a varios siglos, con sus raíces más antiguas en Alemania durante el Renacimiento.
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Inicialmente, los árboles se adornaban con manzanas, nueces y galletitas, embelleciendo los hogares de quienes celebraban el nacimiento de Jesucristo. Con el tiempo, se comenzaron a usar velas para iluminar los árboles, aunque este método conllevaba un alto riesgo de incendio.
La Innovación de Edward H. Johnson
El cambio drástico se produjo en 1882 cuando Edward H. Johnson, un socio de Thomas Edison, introdujo la idea de emplear luces eléctricas para decorar un árbol de Navidad en su hogar en Nueva York.
Johnson utilizó 80 bombillas eléctricas rojas, blancas y azules para adornar su árbol, un 22 de diciembre. Esta innovación no solo ofreció una alternativa más segura a las velas, sino que también marcó el comienzo de una nueva era en la decoración navideña.
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Al principio, las luces eléctricas para árboles eran un lujo que solo la élite podía permitirse, ya que el acceso a la electricidad no estaba muy extendido y los costos eran altos.
Los periódicos informaron sobre el evento, describiendo el árbol decorado de Johnson como una “belleza encantadora”. Sin embargo, fue durante las dos siguientes décadas cuando las luces eléctricas comenzaron a ganar popularidad.
A comienzos del siglo XX, las empresas comenzaron a producir luces eléctricas asequibles y más accesibles para el público en general. General Electric fue una de las primeras en comercializar luces eléctricas para árboles de Navidad a principios del siglo XX.
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Esto permitió que más familias adoptaran esta innovación, transformando la manera en que los hogares celebraban la Navidad.
Impacto cultural y actualidad
La introducción de luces eléctricas en los árboles de Navidad no solo ha cambiado la manera en que decoramos durante las fiestas sino que también ha llevado a la creación de espectáculos de luces más complejos y deslumbrantes en todo el mundo.
Desde exhibiciones públicas hasta concursos en barrios residenciales, las lucecitas han pasado a ser un símbolo icónico de la temporada navideña.
El adorno del primer árbol de Navidad con luces eléctricas en 1882 por Edward H. Johnson fue más que un simple acto de embellecimiento; representó un paso crucial hacia las celebraciones modernas a nivel mundial. Este invento no solo mitiga los riesgos asociados a las velas tradicionales, sino que también contribuye a crear una atmósfera festiva única y cautivadora. Las luces eléctricas se han convertido en un elemento indispensable de la celebración navideña, iluminando la temporada con creatividad y alegría para millones de personas alrededor del mundo.