La Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento detalló hoy en una publicación de su cuenta oficial de Wechat -semejante a Whatsapp, censurada en China- que el ensayo evaluó el diseño y los mecanismos de separación de la cofia.
La cofia, un componente esencial que protege las naves espaciales y los módulos tripulados durante el lanzamiento, fue diseñada para minimizar los efectos del flujo de aire a alta velocidad.
Este nuevo diseño, con una altura y un diámetro de 5 metros, forma parte de los avances tecnológicos necesarios para las misiones tripuladas.
El Larga Marcha-10, desarrollado para configuraciones múltiples, ya ha superado otras pruebas a gran escala, como los ensayos del sistema de potencia en sus etapas inferiores.
Según el plan descrito por el organismo, se realizarán más pruebas en los próximos meses para verificar completamente todos los sistemas antes de su primer vuelo.
El futuro cohete chino para las misiones lunares utiliza hidrógeno líquido, oxígeno líquido y queroseno como combustibles. Tiene una longitud total de unos 92 metros, un peso al despegue de unas 2.187 toneladas y una capacidad de carga de no menos de 27 toneladas para la órbita de transferencia Tierra-Luna.
El programa espacial chino en el satélite de la Tierra incluye, además del alunizaje tripulado, la construcción de una base científica en el polo sur lunar, prevista para la próxima década.
China ha invertido fuertemente en su programa espacial en los últimos años, logrando hitos como el alunizaje de la sonda Chang'e 4 en la cara oculta de la Luna, la llegada a Marte y la construcción de su estación espacial Tiangong, que operará durante unos diez años.
La plataforma china podría convertirse en la única estación espacial del mundo a partir de 2031, si la Estación Espacial Internacional, liderada por Estados Unidos y cerrada a China por los lazos militares de su programa espacial, se retira como está previsto. EFE