El comunicado fue presentado este martes en una conferencia de prensa sobre la misión tripulada Shenzhou-19, a cargo de Lin Xiqiang, portavoz de la Agencia Espacial de Misiones Tripuladas (AEMT) de China.
El proyecto, desarrollado por el Instituto de Investigación y Diseño de Aeronaves de Chengdu, dependiente de la Corporación de Industria de Aviación de China (AVIC), ha sido seleccionado para la fase de verificación de vuelo y cuenta con un contrato oficial.
El transbordador será lanzado mediante cohetes portadores y podrá acoplarse a la estación espacial, regresando luego a la Tierra mediante un proceso que incluye frenado de desorbitación, reentrada atmosférica y aterrizaje horizontal en pista.
Su diseño permite la reutilización tras inspección y mantenimiento, con la expectativa de reducir los costos operativos, según indicó Lin.
Entre las características técnicas destacadas, el Haolong tiene una alta relación de sustentación-resistencia que optimiza la eficiencia del vuelo.
Además, podrá transportar carga en ambos sentidos entre la Tierra y la estación, y complementará los sistemas de transporte actuales.
El modelo será exhibido en la 15ª Feria Internacional de la Aviación de Zhuhai, que se celebrará del 12 al 17 de noviembre en esa ciudad de la provincia suroriental de Cantón.
La AVIC permitirá a los asistentes explorar el diseño desde distintas perspectivas durante el evento.
El sector espacial privado en China está en expansión, con empresas como Deep Blue Aerospace iniciando la preventa de boletos para vuelos tripulados hacia 2027, y avances importantes en cohetería reutilizable, como el exitoso vuelo vertical realizado en junio, que superó los 10 km de altitud.
Sin embargo, esta expansión ha enfrentado desafíos, como los fallos recurrentes del cohete Hyperbola-1 de iSpace, que en julio de este año perdió tres satélites durante un lanzamiento fallido.
Además, Space Pioneer sufrió un accidente el mismo mes en una prueba con su cohete Tianlong-3, lo que refleja los riesgos inherentes a un sector en rápido crecimiento.
China ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha conseguido alunizar la sonda Chang'e 4 en la cara oculta de la Luna -primera vez que se logra- y llegar por primera vez a Marte, convirtiéndose en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética- en "amartizar".