Según el Instituto Nacional de Investigaciones Especiales de Brasil, el humo afectó a casi 5 millones de kilómetros cuadrados del país, es decir un 60% del territorio. Y “si tenemos en cuenta las zonas afectadas en los países vecinos y en el océano Atlántico, la superficie alcanzada el domingo fue de 10 millones de km2″, precisó esta investigadora en un correo del INPE enviado a la AFP.
Las autoridades argentinas y uruguayas informaron a su vez de la presencia en varias regiones de este humo, que también procede de focos en Bolivia y Paraguay, según el Instituto Uruguayo de Meteorología.
Estos incendios, en su mayor parte de origen criminal y a menudo ligados a la actividad agrícola, se propagan más fácilmente debido a una sequía histórica que los expertos relacionan con el cambio climático.
Según datos del INPE, el número de focos de incendios en Amazonía desde el inicio del año casi se duplicó respecto al mismo periodo de 2023.
En varias ciudades brasileñas, las autoridades sanitarias dieron cuenta en los últimos días de un fuerte aumento de personas que sufren problemas respiratorios, como crisis de asma, neumonía o sinusitis.
El aire “está muy seco, muy contaminado. No se respira, es sofocante”, dijo a la AFP Ieda Bandeira, de 76 años, que vende dulces frente a una estación de metro en Sao Paulo.
Los incendios, en su mayor parte de origen criminal y a menudo ligados a la actividad agrícola, se propagan más fácilmente debido a una sequía histórica que los expertos relacionan con el cambio climático.