La ruidosa máquina, también conocida como Calculadora Automática de Secuencia Controlada (ASCC), medía más de 50 metros de largo y casi 2,5 metros de alto, tenía una carcasa exterior aerodinámica y estuvo en funcionamiento poco tiempo, ya que fue retirada en 1959.
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“La Mark I era una curiosa mezcla de tecnología de tarjetas perforadas y electrónica simple que se volvió obsoleta casi tan pronto como se completó”, anota el Museo Computer History.
Un artículo de 1950 de la revista Time describe a esta máquina de 750.000 piezas como “tonta y lenta”, ya que “no es la más brillante de su especie” si se la compara con “sus hijos y nietos”, en referencia otros modelos posteriores, como el Mark III.
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“Pero es una progenitora, una especie de Eva mecánica”, destaca el artículo, de enero de 1950.
Harvard Mark I fue diseñado en 1937
El Mark I fue diseñado en 1937 por un estudiante de posgrado de Harvard, Howard H. Aiken, para resolver los problemas avanzados de física matemática que se le presentaban en su investigación.
El pionero en el campo de la informática discutió su idea con varios fabricantes, y llegó a un acuerdo con el presidente de la empresa IBM, Thomas J. Watson.
En el momento de la inauguración, IBM había gastado aproximadamente 200.000 dólares en el proyecto y donó 100.000 dólares adicionales a Harvard para cubrir los gastos operativos de la ASCC.
“Durante ese período, Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial. Cuando finalmente se entregó el Mark I a Harvard en 1944, fue operado por la Oficina de Buques de la Armada de Estados Unidos con fines militares y resolvió problemas matemáticos que hasta entonces requerían grandes equipos de ‘computadoras’ humanas”, indica la universidad de Harvard.
Una nueva definición
Cuando Mark I se instaló por primera vez en Cambridge (Reino Unido) en 1944, la gente se refería a la máquina como “calculadora de Harvard”, según la propia universidad.
Hasta 1945, la palabra “computadora” se usaba para describir el trabajo de una persona que realizaba operaciones matemáticas para proyectos a gran escala.
No obstante, de acuerdo con Harvard, la llegada de nuevas máquinas como Mark I creó la necesidad de una palabra para describirlas y la gente comenzó a redefinir esas nuevas máquinas como “computadoras”.
Proyectos militares
Mark I se usó para diversos proyectos militares para calcular enormes tablas matemáticas.
Su tarea principal era ayudar a la Marina de EE.UU. calculando tablas para el diseño de equipos como torpedos y sistemas de detección submarina, según Harvard.
“Otras ramas del ejército buscaban su ayuda para calcular el diseño de lentes de cámaras de vigilancia, radares y dispositivos de implosión para la bomba atómica en el Proyecto Manhattan”, anota la elitista universidad.