Así lo pone de manifiesto un hallazgo llevado a cabo por investigadores de universidades danesas y suecas que recoge este lunes en la revista Nature Microbiology.
Cada año, recuerdan los investigadores, se realizan más de 118 millones de donaciones de sangre para satisfacer la demanda mundial de transfusiones sanguíneas gracias a las cuales se salvan millones de vidas.
La concordancia de los grupos sanguíneos de los glóbulos rojos del donante y del receptor es fundamental para evitar reacciones hemolíticas potencialmente mortales.
Los poseedores de sangre del grupo cero negativo (0-) apenas llegan al 7% de la población, pero son cruciales ya que su sangre es compatible con la de cualquier otro grupo sanguíneo, de ahí que se les considere donantes universales.
Los autores consideran que su descubrimiento podría ser una herramienta para tratar los hematíes y aumentar las reservas de sangre universalmente compatible para aliviar la falta de sangre.
“La sangre del grupo cero negativo es universalmente compatible porque su estructura de azúcares es compartida por todos los grupos sanguíneos; sin embargo, las existencias pueden ser limitadas, por eso necesitábamos hallar procesos para cambiar la sangre de los grupos A y B por sangre del grupo 0”, subraya el estudio.
Para ello, analizaron bioquímicamente las enzimas producidas y utilizadas por la bacteria estomacal ‘A. muciniphila’, identificando una combinación de enzimas estructuralmente únicas que convertían eficazmente los glóbulos rojos de los grupos A y B en los del grupo 0-.
Se abre así el camino a la potencial creación de una especie de reserva universal de sangre del grupo cero negativo, que ofrecería una solución a la escasez de sangre y reduciría las posibilidades de acontecimientos hemolíticos adversos, subrayan los autores.