Las conclusiones de su estudio, recogido este viernes en la revista Current Biology, se basan en el análisis de los índices de agresividad de los machos en tres comunidades de bonobos de la Reserva de Kokolopori (República Democrática del Congo) y dos comunidades de chimpancés del Parque Nacional de Gombe (Tanzania).
Seguimiento intensivo
En total, los investigadores examinan el comportamiento de 12 bonobos y 14 chimpancés mediante "seguimientos focales" de los individuos durante todo el día.
"Íbamos al nido, esperábamos a que se despertaran y les seguíamos hasta que se acostaban, anotando con gran detalle la descripción de las interacciones agresivas, con datos de con quién tenían lugar y si eran físicas o no”, explica la autora principal del estudio, Maud Mouginot, investigadora de la Universidad de Boston.
Los científicos descubren que, frente a lo que se pensaba, los bonobos macho son más agresivos que los chimpancés, protagonizando 2,8 veces más interacciones agresivas (persecuciones) y 3 veces más agresiones físicas (con empujones o mordiscos).
“Una de las diferencias es que mientras los bonobos macho son casi exclusivamente agresivos con otros machos, los chimpancés son más propensos a actuar agresivamente con las hembras”, añade Mouginot.
¿Peleas en grupo o individuales?
Los investigadores también ven que los bonobos suelen ser más pelones a nivel individual, mientras los chimpancés tienden a ser agresivos en grupo: el 13,2% del total de las peleas de los chimpancés son en manada frente al 1% de los bonobos.
El hecho de que los bonobos se basten consigo mismo para pelarse hace también que sus trifulcas sean más frecuentes, aunque los investigadores no creen que lleguen a matarse entre ellos, por lo visto en sus seguimientos.
El hecho de que los chimpancés sean agresivos en grupo podría ser una de las razones por las que sus peleas sean menos frecuentes, ya que necesitan organizarse para tenerlas, si bien pueden llegar a causarse lesiones serias en estos altercados.
Mientras más agresivos, mejor apareamiento
Lo que los investigadores han visto como denominador común en ambas especies es que los machos más agresivos tuvieron más éxito en el apareamiento.
El triunfo de la agresividad a la hora de emparejarse ha resultado muy llamativo para los investigadores, ya que mientras en las comunidades de chimpancés dominan los machos, en las de bonobos mandan las hembras, que a menudo superan a los machos en tamaño.
"Los bonobos macho más agresivos obtienen más cópulas con las hembras que los machos más pacíficos, algo que no esperábamos siendo las hembras las dominantes", subraya Mouginot.
Estos resultados contradicen en buena medida la tesis predominante hasta ahora sobre el comportamiento de los primates y la antropología, que sostiene que la pérdida de agresividad ha sido un avance evolutivo de humanos y bonobos, frente a chimpancés, apuntan los investigadores.
"Nuestro estudio no invalida la imagen de los bonobos como animales pacíficos, pero sí apunta a que hay mucha más complejidad de la que se pensaba en ambas especies", indica la investigadora.
Los investigadores se centran en la agresividad masculina, que suele estar vinculada a la reproducción, pero señalan que las hembras de bonobos y chimpancés no son pasivas, y que su agresividad merece una investigación propia en el futuro.