El equipo, encabezado por Jun Rentschler, del Banco Mundial, combinó datos de peligros de inundaciones globales con datos anuales de alta resolución sobre la huella de los asentamientos humanos para el periodo estudiado.
El resultado fue que en esos 30 años los asentamiento humanos, en general, crecieron un 85,4% y aquellos ubicados en zonas en riesgo de inundación lo hicieron en hasta un 122 %.
El estudio señala que la expansión humana en zonas susceptibles de alto riesgo de inundación es más rápida que el crecimiento en las áreas donde esa posibilidad es baja.
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La dinámica de exposición a las inundaciones difiere entre regiones y países de diferentes grupos de ingresos, indica el estudio, que señala a Asia Oriental y el Pacífico como las de mayor proporción de asentamientos en las zonas con mayor riesgo.
Los asentamientos humamos en zonas inundables en mapas
Entre todos los grupos por nivel renta, los de media-alta albergaban la mayor proporción (60,8 %) de asentamientos en zonas de mayor riesgo de inundación, China es uno de los principales impulsores del aumento sustancial de la exposición a las inundaciones en este grupo.
La investigación, según resume Nature, ofrece una visión global de las tendencias en la exposición mundial y regional a los riesgos de inundación, teniendo en cuenta el patrón de urbanización local y el desarrollo espacial.
Estudios anteriores habían establecido que las poblaciones afectadas por las inundaciones están creciendo, pero hasta ahora no se había hecho un análisis sistemático de las tendencias globales debido a la falta de mapas de inundaciones de alta resolución y datos sobre asentamientos humanos.
El crecimiento de los asentamientos urbanos tiene el potencial de impulsar el desarrollo económico, pero también plantea preocupaciones por una mayor vulnerabilidad a los peligros naturales y las presiones sobre los servicios públicos y la infraestructura.
Por ello, dicen los investigadores, estos resultados reflejan una tendencia global importante y brindan información a los planificadores urbanos y a los responsables de la formulación de políticas, especialmente dado que los fenómenos meteorológicos extremos ocurren con mayor frecuencia debido al cambio climático.