Cargando...
Antiguos almanaques le confieren nombres a la luna llena, y a la que se observó a plenitud la noche del 30 de agosto y madrugada del 31 que se popularizó como superluna azul. Pero de eso nada.
Lea más: El hallazgo de azufre en el polo sur de la Luna genera nuevos interrogantes a la India
Una luna llena hermosa, impresionante y capaz de robarnos miradas mientras caminamos en la Costanera de Asunción es lo que estuvo en el cielo y se pudo observar sin necesidad de grandes telescopios.
Pero la expectativa siempre es grande cuando se anuncia en las redes que una superluna aparecerá en la noche. Y nos quedamos felices en actitud contemplativa.
Lea más: Una lluvia de Perseidas y la superluna azul se observarán desde Perú en agosto
El adjetivo “azul” ya le confirió una mayor sorpresa, pero de súper nada y de azul menos. Desde épocas inmemoriales antiguas civilizaciones le atribuyeron a la Luna varios motivos para ser venerada y con ello los sobrenombres.
La Luna llena o plenilunio se observa como un globo totalmente iluminado, mientras la zona no visible desde la Tierra está a oscuras. Ocurre dos semanas después de la luna nueva.
Con el cielo descubierto la luna llena o plenilunio era una postal que merecía ser vista, y quizás adorada como hace milenios hace el ser humano que no se cansa de explorar con naves espaciales o con una romántica vista desde la Tierra.