El Departamento de Ciencias Atmosféricas de la CSU anticipaba en abril pasado una temporada ciclónica “ligeramente por debajo del promedio”, con un total de 13 tormentas tropicales y 6 huracanes, 2 de estos de categoría mayor -3,4 o 5 en la escala de Saffir-Simpson-
En teoría, la actividad en la cuenca atlántica se iba a ver influida este año por la aparición del fenómeno meteorológico El Niño, que suele apaciguar las condiciones que dan pie a la formación de huracanes en el Atlántico.
Pero en su actualización de hoy, los científicos del CSU vaticinan una actividad por encima del promedio a causa del aumento de la temperatura del agua, que ayuda a que las ondas tropicales se conviertan en tormentas y huracanes, un fenómeno que puede frenar la influencia de El Niño.
“Actualmente hay anomalías en la temperatura de la superficie del mar (...), con récord de calor en el Atlántico tropical y subtropical”, señaló en las redes sociales Philip Klotzbach, responsable del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la CSU.
Los meteorólogos advierten de que “hay más incertidumbre de lo normal con este pronóstico debido a las señales contradictorias presentes: las aguas del Atlántico mucho más cálidas de lo normal y El Niño fuerte”.
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