El contrato prevé lanzar a bordo de un cohete Vega C, el más pequeño de la gama de Arianespace, un pequeño satélite que se acoplará a un deshecho espacial de 112 kilos para, mediante una maniobra de retorno a la atmósfera, sacarlo de su órbita.
En concreto, la misión, bautizada como ClearSpace-1, abordará una chatarra dejada por un cohete Vega en su segunda misión en 2013.
"Con una masa similar a la del pequeño satélite, su forma simple permitirá demostrar la eficacia de las tecnologías de ClearSpace-1, sobre todo su sistema de pinzas compuesto de cuatro brazos robóticos, lo que abre la vía a misiones más ambiciosas de retirada múltiple en el transcurso de un mismo vuelo", indica Arianespace en su comunicado.
El presidente ejecutivo del consorcio, Stéphane Israël, recordó que hay al menos 34.000 restos de más de 10 centímetros que gravitan en el espacio y unos 6.500 satélites en servicio, una cifra que superará los 27.000 al final de esta década, lo que demuestra la "urgencia" de encontrar soluciones para preservarlo.
Para Luc Piguet, consejero delegado y fundador de ClearSpace, la misión "supone un giro en la industria espacial" porque aporta soluciones al envío de artilugios al espacio que, posteriormente, no son retirados cuando dejan de ser útiles.