Estos restos fósiles fueron descubiertos por un grupo de investigadores de la Universidad de Flinders durante unas excavaciones realizadas entre 2020 y 2022 al sur de la ciudad de Alice Spring, en el centro desértico de Australia, informó la universidad en un comunicado.
Los investigadores de Flinders recalcaron que este yacimiento, que data de finales del Oligoceno, alberga los primeros fósiles conocidos de cierto tipo de marsupiales ya extintos, cuyas características físicas eran parecidas a sus parientes actuales, así como de otros animales raros ya extinguidos.
Los animales extinguidos hallados en ese yacimiento son la "Mukupirna fortidentata", una criatura parecida al wómbat, y la "Chunia pledgei", un pariente lejana de la zarigüeya actual, según el estudio publicado recientemente en la revista científica "Journal of Vertebrate Paleontology" y en "Alcheringa: An Australasian Journal of Palaeontology".
"Estas curiosas bestias son miembros de un linaje de los marsupiales que se extinguió hace tiempo, sin dejar descendientes", explicó Arthur Crichton, quien aspira a un doctorado en paleontología de la Universidad de Flinders y quien participó en los descubrimientos.
"Aprender sobre estos animales ayuda a poner a los grupos de wómbat y la zarigüeya que sobrevivieron en un contexto evolutivo más amplio", agregó Crichton.
Los científicos pudieron determinar, a través de los fósiles de 35 ejemplares hallados en ese yacimiento, que el "Mukupirna fortidentata" pesaba alrededor de 50 kilogramos y se parecía a un cruce entre un wómbat moderno y un león marsupial ("Thylacoleo carnifex").
Este animal extinto, que se cree pertenece a una rama de un antepasado del wombat, tenía mandíbulas poderosas y dientes frontales grandes parecidos a la de las ardillas, lo que le permitía triturar frutos duros, semillas y tubérculos, aunque sus molares, en contraste, era similares a los de los macacos.
Por su parte, la "Chunia pledgei" era un marsupial con muchos dientes afilados ordenados como un "código de barras", lo que también le servía para triturar alimentos.
"Chunia pledgei tenía unos dientes que serían la pesadilla de un dentista, con muchas coronas colocadas una al lado de la otra", apostilló Chrichton.