Un macroestudio vincula la dieta mediterránea a un menor riesgo de demencia

Redacción Ciencia, 14 mar (EFE).- Las personas que toman pescado, fruta y verdura y frutos secos -los principales alimentos de la dieta mediterránea- tienen un 23 por ciento menos de riesgo de sufrir demencia en comparación con los que no siguen este tipo de alimentación.

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Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este martes en la revista BMC Medicine.

Aunque diversos trabajos habían abordado el impacto de la dieta mediterránea sobre la demencia y habían sugerido que este tipo de alimentación puede ser un importante factor de riesgo que podría emplearse para prevenir la enfermedad y reducir el riesgo, esos trabajos se habían limitado a muestras pequeñas y a escasos casos de demencia.

En este estudio, sin embargo, el equipo liderado por Oliver Shannon, del Centro de Investigación en Nutrición y Envejecimiento de la Universidad de Newcastle, ha analizado los datos de 60.298 personas del Biobanco del Reino Unido que habían completado una evaluación dietética.

En primer lugar, los autores clasificaron a los individuos utilizando dos medidas de adherencia a la dieta mediterránea.

Después, hicieron un seguimiento de esos pacientes durante más de 9 años, un tiempo en el que se confirmaron 882 casos de demencia.

Los autores también tuvieron en cuenta el riesgo genético de demencia de cada individuo calculando su "riesgo poligénico", una medida de todos los genes diferentes que están relacionados con el riesgo de demencia.

El estudio constató que los participantes con mayor adherencia a la dieta mediterránea tenían un 23% menos de riesgo de desarrollar demencia en comparación con los que tenían la puntuación más baja de adherencia.

Además, no hubo una interacción significativa entre el riesgo poligénico de demencia y la adherencia a la dieta mediterránea, lo que -según los autores- podría indicar que, al margen de la propensión genética de cada persona, la dieta mediterránea reduce el riesgo de demencia.

Aun así, los autores reconocen que se necesita más investigación para evaluar la interacción entre dieta, genética y riesgo de demencia.

Además, el estudio se limita a personas blancas, británicas o irlandesas, ya que solo se disponía de datos genéticos basados en la ascendencia europea, por lo que los autores reconocen que hay que ampliar la investigación a otras poblaciones para confirmar el beneficio potencial.

No obstante, concluyen que, basándose en los resultados del estudio, una dieta mediterránea con un alto consumo de alimentos saludables de origen vegetal puede ser una opción en futuras estrategias para reducir el riesgo de demencia.

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