Esa pérdida media de biodiversidad podría llegar hasta el 27 % en 2100, según señala el trabajo que publica hoy Science Advances en el que han colaborado científicos europeos y australianos.
El estudio se centra en las extinciones en cascada o coextinción. Cuando una especie se pierde directamente por una perturbación (extinción primaria), puede haber otra que sea depredadora de la primera que también desaparecerá porque se queda sin alimento.
En el caso de las plantas, si pierde a sus insectos polinizadores porque hace demasiado calor también sucumbirá, pues todas las especies dependen de alguna manera de otras.
Los autores advierten de que los planteamientos considerados hasta ahora para evaluar las trayectorias de extinción durante el próximo siglo se han visto obstaculizados por no incorporar las coextinciones.
Así desarrollaron una nueva herramienta para modelizar la pérdida interconectada de especies usando los superordenadores más potentes de Europa, con el objetivo de predecir el destino conectado de especies que probablemente desaparecerán por los estragos del cambio climático y del uso del suelo.
La herramienta “presenta una sombría predicción del futuro de la diversidad global, confirmando sin lugar a dudas que el mundo se encuentra inmerso en su sexto evento de extinción masiva”, según la Universidad de Flinders (Australia)
El equipo creó una gran Tierra virtual de redes de especies interconectadas, vinculadas por quién come a quién, y luego aplicaron cambios climáticos y de uso del suelo al sistema para lograr proyecciones de futuro.
Las especies virtuales también podrían volver a colonizar nuevas regiones al cambiar el clima, adaptarse en cierta medida a las condiciones cambiantes, extinguirse directamente a causa del cambio global o ser víctimas de una cascada de extinciones.
“Esencialmente, hemos poblado un mundo virtual desde cero y cartografiado el destino resultante de miles de especies de todo el planeta para determinar la probabilidad de que se produzcan puntos de inflexión en el mundo real", explicó Giovanni Strona del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.
De esta forma, pudieron evaluar la adaptación a distintos escenarios climáticos y relacionarla con otros factores para predecir un patrón de coextinciones.
Este estudio es único porque también tiene en cuenta el efecto secundario sobre la biodiversidad, estimando el efecto de la extinción de especies en las redes alimentarias locales más allá de los efectos directos -extinción primaria-.
“Los niños nacidos hoy que vivan hasta los 70 años pueden presenciar la desaparición de miles de especies vegetales y animales, desde las orquídeas más diminutas y los insectos más pequeños hasta animales emblemáticos como el elefante y el koala, todo ello a lo largo de una vida humana”, advirtió Corey Bradshaw de la Universidad de Flinders, uno de los firmantes.