El francés Alain Aspect ha merecido este año el Nobel, junto al austríaco Anton Zeilinger y el estadounidense John Clauser, por sus trabajos sobre el entrelazamiento cuántico, que sientan las bases de una nueva era para la tecnología cuántica, allanando el camino hacia los ordenadores, las redes y la comunicación encriptada, todos ellos basados en la cuántica.
De los nobeles concedidos este año, el de Física es uno de los más arduos de comprender en detalle y para mucha gente la simple mención de la física o la mecánica cuántica es recibida como algo imposible de entender, incluso sin intentarlo.
Esa actitud “me molesta porque hoy se pueden encontrar en YouTube excelentes vídeos que explican para el público los fenómenos cuánticos”, se trata de una “muy buena divulgación con la que, al final, se puede tener una buena idea” de lo que se trata.
Además de "en inglés y en francés, imagino que también existen esos vídeo en español”, idioma que Aspect habla “un poco”, aunque no domina el lenguaje científico.
El físico recuerda que “aprender, comprender requiere de concentración y de hacer un esfuerzo“ y eso vale también “si quieres aprender a jugar a algo”, por ejemplo al ajedrez.
Como científico, da charlas de divulgación para el público en general, también entrevistas, y considera que este premio “facilitará las cosas, porque cuando se dice que un nobel da una conferencia, entonces la gente viene más”.
En sus orígenes, a comienzos del siglo pasado, la física cuántica formulada por grandes nombres cono Albert Einstein, Max Planck o Erwin Schrödinger se mantuvo en el marco de lo teóríco, sin embargo con los premiados este año esa disciplina paso a la época de la experimentación.
Así, Aspect demostró que uno de los fenómenos más intrigantes de la física cuántica es real: el entrelazamiento cuántico.
Cuando dos o más partículas subatómicas están entrelazadas lo que le pasa a una determina lo que va a pasar con las otras, aunque estén muy lejanas, es decir, existe entre ellas algún tipo de comunicación desconocido.
Las investigaciones de los tres premiados han sentado las bases de una nueva era para la tecnología cuántica, pero Aspect dice que no tienen “la menor idea” de hacía dónde va a hacer evolucionar la sociedad en un futuro lejano, ni si la transformará como hizo en su día la invención de transistor.
“Por el momento, hay aplicaciones de nicho sobre aspectos concretos. Un excelente ejemplo de ello son los generadores de números aleatorios”, que podrán aplicarse en un ordenador clásico también se puede pensar en cuatro o cinco cubits (bits cuánticos) entrelazados que hagan una operación específica para que una computadora sea más rápida.
Hoy en día se habla mucho de computación cuántica, pero “el gran ordenador cuántico con el que soñamos no tengo ni idea de si, en todo caso, yo lo veré, me extrañaría”, señala el físico de 75 años, nacido en Agen (Francia).
Lo que sí se cree que se puede esperar, “no dentro de cincuenta años, sino en dos o tres” teniendo en cuenta la tecnología actual, es un ordenador que “no sea perfecto, pero que permita resolver problemas”, por ejemplo de optimización, que podría usarse para equilibrar la producción de la red eléctrica.
El nuevo Nobel se dedica fundamentalmente a la investigación básica, en la que lo más importante es “la curiosidad y no dejarse influir por lo que esta de moda. Si alguien os dice que un tema que os atrae no es interesante, puede que en cinco años sí que lo sea”.
La científica Katalín Karikó comenzó a investigar la tecnología de ARNmensajero hace cuarenta años y ahora nos han dado en un tiempo récord vacunas contra la covid-19, recordó.