Aunque se cree que los bebés demasiado grandes o demasiado pequeños al nacer corren el riesgo de tener problemas en el nacimiento y en el desarrollo, aún se sabe muy poco sobre los bebés no prematuros con estos tipos de peso.
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Para ahondar en el tema, los investigadores estudiaron el desarrollo de más de 600.000 nacidos en Escocia tras 37 semanas de gestación.
A los dos o tres años, se evaluó su nivel de desarrollo social, las habilidades motoras finas y gruesas y las habilidades comunicativas.
Los autores buscaron asociaciones entre el peso al nacer y los problemas de desarrollo en la primera infancia y tuvieron en cuenta factores de concretos, como el sexo y la edad gestacional del niño en el momento del parto, y el estado de salud, el origen étnico y la situación socioeconómica de la madre.
Nacidos entre percentiles 25 y 75
El estudio mostró que los nacidos por debajo del percentil 25 de peso al nacer tenían un mayor riesgo de sufrir problemas de desarrollo en comparación con los bebés nacidos entre los percentiles 25 y 75, siendo los más pequeños los que presentaban mayor riesgo.
Los que nacieron por encima del percentil 75 de peso, comparados con los bebés nacidos en el rango medio, no tenían más riesgo de problemas desarrollo.
El estudio concluye que tener un peso bajo al nacer es un factor no reconocido y potencialmente importante que contribuye a la prevalencia de problemas relacionados con el desarrollo infantil.
Tradicionalmente, se creía que los bebés por debajo del percentil 10 corrían el riesgo de sufrir problemas de desarrollo pero el nuevo estudio ha detectado un mayor número dentro del rango del percentil 10 al 24 de peso al nacer con estos problemas.
Asesoramiento a los padres
Los investigadores sugieren que una mejor vigilancia del peso al nacer, el asesoramiento a los padres y un mayor apoyo durante la infancia pueden ayudar a reducir los riesgos asociados a los bebés nacidos con pesos inferiores.
“Aunque en la mayoría de los casos no se reconoce, los bebés de peso leve a moderado al nacer contribuyen de forma decisiva a la carga de problemas de desarrollo en la infancia. Es posible que necesiten un seguimiento más estrecho y un mayor apoyo para reducir el riesgo de problemas de desarrollo”, concluye Abiodun Adanikin, coautor del estudio.