Los fósiles, pertenecientes al periodo Silúrico temprano, de unos 439 a 436 millones de años, revelan nuevas especies de peces y describen los dientes más antiguos conocidos de cualquier vertebrado con mandíbula.
Los hallazgos son descritos en Nature con cuatro artículos, en uno de los cuales participa la Universidad de Valencia, elaborados por un equipo internacional encabezado por Zhu Min de la Academia China de Ciencias.
Los vertebrados con mandíbulas, conocidos como gnatóstomos, se cree que se originaron hace unos 450 millones de años, pero las pruebas fósiles de esa época son escasas, lo que dificulta la reconstrucción de su historia evolutiva temprana.
El nuevo yacimiento, con restos excepcionalmente bien conservados, hallado en el sur de China, contiene diversos peces, algunos con el cuerpo entero, que ayuda a llenar este vacío en el registro evolutivo.
Los paleontólogos describen un tipo de “tiburón” ancestral de 439 millones de años que sería el pez con mandíbula más antiguo que se ha podido demostrar y que obligaría a replantear la cronología de la evolución de los vertebrados, según los autores.
El fósil, de una nueva especie llamado Fanjingshania renovata, tiene una "armadura" ósea externa, múltiples pares de espinas en las aletas y muestra evidencias de reabsorción de tejido duro, una característica que suele verse en los peces óseos.
"Se trata del pez con mandíbula más antiguo con anatomía conocida", dijo Zhu. Estos hallazgos presentan pruebas tangibles de una diversificación de los principales grupos de vertebrados decenas de millones de años antes del comienzo de la llamada "Edad de los Peces", hace unos 420 millones de años.
El estudio con participación del investigador Humberto Ferrón de las universidades de Valencia y Bristol se centra en un tipo de galeáspido, peces de agua dulce sin mandíbula de los que hasta ahora solo se tenían fósiles de la cabeza y ahora se describe un ejemplar completo de 463 millones de años.
El fósil, al que llamaron Tujiaaspis, tiene varias estructuras relevantes, explica Ferrón a Efe, en especial unos pliegues a cada lado de la tripa que recorren todo el cuerpo y se cree que evolucionaron como aletas hasta acabar llevando a las extremidades; en el caso de los humanos las piernas y los brazos.
Estructuras similares se habían encontrado de forma dispersa en fósiles posteriores, pero con este hallazgo es -destacó- clave para entender que ya estaba presente en todos los primeros vertebrados con y sin mandíbula, agregó.
El investigador español usó métodos de dinámica de fluidos computacional para entender si esos pliegues ventrolaterales cumplían la función de aletas y, aunque fueran inmóviles, “se vio que generarían pasivamente sustentación, por lo que podrían tener un rol funcional”.
Ferrón destacó la importancia de este descubrimiento, pues estos primeros vertebrados están en nuestro linaje evolutivo y aportan información sobre los primeros pasos de la evolución que, al final, darían lugar a nuestros brazos y piernas.
El nuevo yacimiento de fósiles incluye placodermos (peces acorazados, que fueron los primeros vertebrados con mandíbula conocidos) y condrictios (peces cartilaginosos como los tiburones y las rayas).
La especie dominante, con más de 20 ejemplares, es un placodermo de unos 3 centímetros de longitud llamado Xiushanosteus mirabilis, que muestra una combinación de rasgos de los principales subgrupos de placodermos y arroja luz sobre la evolución del cráneo de los vertebrados mandibulados vivos.
Otra especie reportada en los estudios es un condrictio llamado Shenacanthus vermiformis, un pariente primitivo del tiburón con una forma corporal similar a la de otros peces cartilaginosos, pero con placas de blindaje más comúnmente asociadas a los placodermos. Unos descubrimientos que revelan una diversificación hasta ahora desconocida en este periodo.
El último de los estudios se centra en los dientes fósiles de un pariente del tiburón hasta ahora desconocido, una nueva especie bautizada como Qianodus duplicis, de hace unos 439 millones de años.
Estos dientes son anteriores a otros ejemplos conocidos de dientes de gnatóstomos, lo que amplía la edad mínima del origen de las mandíbulas y denticiones de los vertebrados en unos 14 millones de años.