El equipo estudió los posibles determinantes sociales de la felicidad comparando los cambios registrados en encuestas entre 1981 y 2018 con los cambios en las condiciones económicas, el capital social, las políticas de bienestar de los gobiernos y la calidad del medioambiente.
Los resultados señalan que solo los cambios en las políticas de bienestar, como el seguro de desempleo, las pensiones y el seguro de enfermedad, “se asociaron significativamente” con los cambios en la felicidad a lo largo del tiempo.
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En las últimas cinco décadas la felicidad ha surgido como un tema de investigación en ciencias sociales y un objetivo potencial de la política pública.
En Europa, las diferencias entre los diez países analizados, entre ellos España, en el cambio general de la felicidad desde principios de los años 80 se han debido principalmente a la generosidad de los programas del Estado del bienestar.
Felicidad en relación a la generosidad
Así, “el aumento de la felicidad va acompañado de un aumento de la generosidad y la disminución de la felicidad con la disminución de la generosidad”, escribe el equipo, encabezado por Richard Easterlin, de la Universidad del Sur de California.
Los cambios en el índice de generosidad pueden afectar a la felicidad de una persona, independientemente de que cobre o no las prestaciones. Así, aquellas con trabajo no cobran el seguro de desempleo, pero saber que esa ayuda está disponible si es necesario “elimina una fuente de ansiedad y les hace más felices”, agrega el estudio.