“Su canto es fuerte, desagradable, y quien le ha dado tal vez el nombre”; y, en sus Apuntamientos, agregó:
“Su voz se oye de media legua, y dice clara, fuerte, y agriamente su nombre, no solo de día, sino también de noche si advierte rumor”.
Bertoni también individualizó a esta ave como Karáu, y Gatti (Enciclopedia) como Caráu, Carao (en portugués), Guarajù (en tupí, en el que también se tienen los de Guaraù, Guarauna, y Carauna), y Caráù-guasú.
Azara mató de un fusilazo al individuo que describió; un muchacho le capturó luego un pollo (que tenía ya 19 pulgadas de longitud), y le manifestó que quedaron otros once con la madre. En sus Apuntamientos, no obstante, describió a un adulto algo mayor y sobre el pollo asentó lo que sigue:
“Compré uno en junio largo cinco un medio de pulgadas, sin una pluma y enteramente vestido de algodón peloso y obscuro, menos bajo de la cabeza que era blanco. Le solté en mi cuarto, y andaba continuamente sin esquivez, piando sin cesar para que le diese pedacitos de carne cruda, que comía muy bien. Deseaba criarlo; pero una noche se enredó en un hilo, y amaneció ahorcado”.
Nuestro naturalista indicó que el karãu:
“Es bastante común en el Paraguay, y no sé, ni creo que llegue con mucho al Río de la Plata”.
Nomenclatura
Sonnini sostuvo que Azara erró al afirmar que su Caráu era el Courliri de Buffon, retratado en la estampa iluminada número 848 de Martinet con el nombre de Courlan de Cayenne.
Pero el Caráu de Azara es, en efecto, el Courliri de Buffon o Aramus guararauna, clasificado en 1766 por Linneo con la denominación de Scolopax guarauna en su Systema Naturae (ed. 12, 1, p. 242).
El epíteto que identifica a esta especie corresponde a la palabra de origen tupí Guararauna /ave negra que Linneo tomó de Marcgrave, pero que éste la había aplicado como nombre al Karãu’i o Cuervillo de cañada (Plegadis chihi).
Costumbres y nido
Sobre las costumbres y el nido del Karãu comentó Azara en el manuscrito:
“no es esquivo, vuela pausadamente. (…) Cría doce hijos en nido situado en el suelo, junto a los bañados, donde desde que son muy chicos van a comer con la madre. Vive en los pantanos, bañados y parajes húmedos, donde la he visto buscar su alimento. Come caracoles y nada más sé (…) Canta también de noche”; y, complementó en sus Apuntamientos:

“Le tengo por pájaro singular, que se parece a los ypacahás en la forma del pico, pies, cola y alesna de la hijuela; en batir prontamente la cola con el susto; en caminar con despejo y ligereza; en manifestar viveza e inquietud; en no admitir más sociedad que la del amor, y no siempre; y en ser estacionario, y su carne mediana comida. Pero difiere, porque los ypacahás no vuelan sino en el último apuro, y poco trecho; y el caráu con frecuencia y voluntad, dilatándose bastante, y batiendo las alas con mayor prontitud al subirlas que al bajarlas. Tampoco es tan activo ni andariego, ni tiene su velocidad o carrera, ni se oculta en la broza, y la cola es convexa encima como la de las garzas. A estas se parece en posarse en lo alto de los árboles, y en vivir del producto de los barriales; pero dista mucho de ellas en la extensión de las alas, cola y pico; en la hechura de este; en el cuello y zancas, que son más breves; y en los dedos más largos, separados, y el posterior no articulado con otro. A que se agrega que el caráu es menos arisco, prefiere los barros, no entra en las aguas, ni enrosca el cuello, que está cubierto de diferente pluma. Tiene más carne a proporción, la espalda más ancha, y no come víboras ni pescado. No conoce diferencia sexual, y aseguran que oculta mucho el nido en los esteros, y que cría dos pollos, que siguen a la madre desde muy pequeños”.
Caracteres
Describió Azara a su Carau y a su Caráu en iguales términos (salvo diferencias de tamaño), por lo que no vale la pena ocuparse de ellos.