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Félix de Azara anotó sobre el nombre común de esta ave:
“le llaman annó por excelencia, y porque su voz fuerte y desagradable suena a algunos annó, y a mí oooí, o aaaí”.
Bertoni (Vocabulario) recogió para esta ave los nombres de Anó y Anó hû, en tanto que Gatti (Enciclopedia) los de Anó, Ano’í, Anó-jù, Anú, Anum y Anuripé.
Nuestro naturalista mató de un fusilazo al individuo que describió; en sus Apuntamientos no refirió si poseyó otros, aunque advirtió que abundaba muchísimo en el Paraguay, pero que no creía que pasara al Sur de los 28 grados.
Nomenclatura
Sonnini observó que el Annó de Azara era el Ani des savannes (Crotophaga ani) de Buffon, retratado en la estampa iluminada número 102 (figura 2) de Martinet con el nombre de Petit bout de petun, y que abundaba en la Guyana, Santo Domingo y otras partes de Centroamérica.
En efecto, dicho Annó ya había sido clasificado por Linneo, con la denominación de Crotophaga Ani (1758, Syst. Nat., ed. 10, 1, p. 105), a partir de la descripción del Ani brasiliensibus de Marcgrave.
El epíteto que lo identifica corresponde al nombre de origen tupí-guaraní con el que era conocido en el Brasil según Marcgrave, el que también le aplicaban en el Paraguay.
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Costumbres
Sobre las de esta especie señaló nuestro naturalista en su manuscrito:
“vive en las chacras a bandadas, no grandes sino de familias, baja para comer al suelo. Su vuelo es pausado, alternando los batimientos de las alas siempre recta y horizontalmente, y jamás muy largo (…). Busca también su alimento junto al hocico de los bueyes”.
Nido
Azara consignó sobre el nido del Ano:
“Hace su nido en los árboles con palitos, el cual no sirve para una sola hembra sino para todas las que componen la familia, las cuales juntas ponen en un nido sus huevos en número a veces de treinta o cuarenta, y juntos los sacan. Yo desearía saber si estas aves que crían en comunidad usan del mismo modo de las dulzuras de Himeneo, y si acaso un solo macho tiene muchas hembras. Lo cierto es que no se separan en pares al tiempo de la cría, como lo hacen todas las aves más sociables, como los loros. Un día, de los más fríos que he experimentado aquí, vi al salir el sol doce individuos de esta especie colocados en una ramita al abrigo, tan juntos, que se tocaban estrechamente (…). Don Juan Francisco Agüero me asegura, como testigo, haber visto muchas veces el nido de esta ave en el suelo, o sobre la arena, sin colchón ni palos”; además, en sus Apuntamientos indicó nuestro naturalista que el Ano construye su nido:
“plano, de palitos y bejuquillos flexibles, poniéndole colchón de hojas como las del naranjo. Le sitúa donde el piririguá, y a veces se encuentran en él hasta 20 y 30 huevos”.
Sobre los huevos de esta ave comentó Azara:
“el Reverendo Padre Mercedario Fray Inocencio Cañete, de la Merced, que me ha dado algunas noticias de aves, me ha regalado tres huevos de esta ave en diciembre. Su figura es un esferoide regular, su mayor eje es dieciséis y media líneas largo, y doce el menor, su color es blanco bruñido, con algunas arañaduras sutiles, hechas con las uñas del ave al cubrirlos o con el pico al componerlos, o por los palitos del nido, si acaso al ponerlos para ayudarse frotó contra ellos. Estas arañaduras irregulares, y no naturales al huevo, manifiestan un color medio entre verde y azul, esto dio motivo para que, dicho Padre Mercedario, empezase a raspar con un cuchillo lo blanco del huevo que con facilidad saltó, quedando el huevo de dicho color medio entre verde y azul bellísimo, sin la menor señal o indicio de blanco”.
En sus Apuntamientos agregó:
“El color [del huevo] es un blanco muy bruñido, que se quita fácilmente raspando con un cuchillo, y aparece un verde azul bellísimo. Los muchachos suelen entretenerse figurando en ellos dibujos, y también usan este artificio para venderlos por de otros pájaros”.
Caracteres
Describe Azara a esta especie con iguales términos en los Apuntamientos y en el manuscrito, por lo que no vale la pena ocuparse de ellos.