Dependiendo de la violencia del golpe, este movimiento puede repetirse varias veces.
En 10% de los casos, la conmoción cerebral causa la pérdida de conocimiento del atleta.En el momento del impacto, una gran número de neurotransmisores cerebrales se estimulan y reaccionan al mismo tiempo.
Esta hiperactividad provoca una sobrecarga en el sistema nervioso, una “tormenta eléctrica” que produce un cortocircuito: todos los músculos se relajan y el atleta colapsa.En el 90% de las conmociones cerebrales, el atleta solo queda “aturdido”, pero el cerebro se inflama.
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Existen varias consecuencias: En primer lugar, el síndrome post conmoción, que dura de unos minutos a varios días, produce dolores de cabeza, fatiga, desorientación, problemas de memoria y ansiedad.
A largo plazo, y en el caso de conmociones cerebrales frecuentes, los atletas pueden sufrir de “encefalopatía traumática crónica”, también conocida como ETC, una combinación de Alzheimer y Parkinson.
Los síntomas pueden incluir migrañas, problemas de audición, depresión severa y pensamientos suicidas.
Muchos boxeadores desarrollan los síntomas de este tipo de demencia patológica, al igual que casi todos los ex jugadores profesionales de fútbol americano.Los jugadores de rugby también están en riesgo.