Así lo advierte un estudio realizado por investigadores de Hospital de Niños de Filadelfia (Estados Unidos) publicado hoy en la revista Scientific Reports.
El estudio asegura que, aunque se intente mitigar el cambio climático, el repunte de casos es imparable, pero será mucho más pronunciado si no se toman medidas.
En el mejor de los escenarios, el aumento de cálculos renales costará al sistema de salud estatal estadounidense unos 57 millones de dólares (50,3 millones de euros) y en el peor, si no se hace nada para frenar el calentamiento global, el gasto será de 99 millones (87,3 millones de euros), según el estudio.
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Aunque es imposible predecir con certeza cómo las políticas futuras frenarán o acelerarán la emisión de gases de efecto invernadero y el cambio climático, y saber exactamente cuáles serán las temperaturas diarias futuras, nuestro análisis sugiere que un planeta que se calienta probablemente causará un aumento de los casos en los sistemas de atención médica”, advierte el urólogo pediátrico y autor principal del estudio, Gregory E. Tasian.
Los cálculos renales (piedras en el riñón) son depósitos minerales que se forman en la orina y que causan dolor al pasar por el tracto urinario.
En los últimos 20 años la incidencia ha aumentado especialmente entre mujeres y adolescentes.
Investigaciones anteriores han demostrado que las altas temperaturas ambientales elevan el riesgo de desarrollar cálculos renales, pero ningún estudio ha calculado con precisión cómo el cambio climático afectará a esta enfermedad en el futuro.
Para hacerlo, los investigadores crearon un modelo para estimar el impacto del calor en futuras presentaciones de cálculos renales en Carolina del Sur, una región en el sureste de los Estados Unidos con gran incidencia de esta enfermedad.
Los investigadores recabaron datos de temperaturas medias históricas diarias y humedad en todo el Estado, y de los casos de cálculos renales en Carolina del Sur de 1997 a 2014 para pronosticar el aumento de la incidencia y de los costes asociados hasta 2089.
El primer escenario de cambio climático representa un futuro “intermedio”, con fuentes de energía con menos emisiones, el uso de tecnología de captura de carbono, precios de las emisiones de CO2 y una expansión de las tierras forestales desde el presente hasta 2100, y un aumento de las temperaturas de 2,3 grados centígrados.
El segundo escenario dibujaba un futuro con emisiones de gases de efecto invernadero sin freno, con un aumento de 2,3 ° C en la temperatura media por período de 5 años desde 2010-2014 a 2085-2089, y un aumento de 3,6 ° C.
A partir de estos datos, determinaron que para 2089 los cálculos renales debidos al calor aumentarían en todo el Estado en un 2,2 por ciento en el primer escenario y el 3,9 por ciento en el segundo.
Dado que el coste promedio por paciente es de unos 9.000 dólares (7.950 euros), los investigadores pronosticaron que de 2025 a 2089, el montante total atribuible a este aumento de los cálculos renales sería de 56,6 millones de dólares (49,5 millones de euros) para el primer escenario y de 99,4 millones (87 millones de euros) para el segundo.
“Como investigadores pediátricos, tenemos el deber de explorar la carga del cambio climático en la salud humana, ya que los niños de hoy vivirán esta realidad en el futuro”, concluye Tasian.