La actual regulación de muchos países no permite cultivar embriones más allá de su aparición, 14 días después de la fertilización, porque consideran que ya muestra el primer signo del ser humano durante el desarrollo.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Kumamoto (Japón), de la Universidad Pompeu Fabra y de la Universidad de Virginia (EEUU) han presentado una nueva visión sobre los momentos claves en el desarrollo embrionario.
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Un ser humano comienza a formarse a partir del óvulo fecundado que se divide sucesivamente hasta formar una masa de células.
Una semana después de la fertilización, esta masa se instala en el útero y siete días más tarde comienza la gastrulación, un proceso que la transforma en una estructura donde se reconoce un esbozo del organismo.
La gastrulación
La línea primitiva es, precisamente, una estructura de la gastrulación que existe en todos los mamíferos, reptiles y pájaros y está establecida como el primer signo del ser humano.
En el trabajo, los científicos han elaborado una síntesis de lo que se sabe sobre esta estructura, incluyendo trabajos recientes sobre modelos de procesos embrionarios basados en células madre.
Los autores han concluido que la línea primitiva no es necesaria para organizar el embrión y sugieren que elegir la aparición de esta estructura como el primer indicio del ser humano, conocido como la regla de los 14 días, es “arbitrario”.
Según ha señalado el investigador de la Universidad Pompeu Fabra y profesor del ICREA Alfonso Martínez, "la regla del día 14, que se argumentó en los años 80, debe reevaluarse".
Supervisión ética
De hecho, avances técnicos también han recomendado una revisión de esta regla para permitir experimentar con embriones más allá del día 14.
“Esta línea de razonamiento no discute la necesidad de una supervisión ética en la investigación en células madre y desarrollo humano, sino que proponemos seleccionar un hito alternativo mediante un debate consensuado para garantizar el rigor científico y ético”, ha subrayado Martínez.