Estas pruebas son "peligrosas y muy desestabilizadoras" porque pueden conllevar "consecuencias catastróficas", así como "deteriorar la confianza" entre los actores espaciales, "aumentando la percepción sobre amenazas", dijo en un comunicado el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell.
La UE aseguró que con esta prueba, Rusia ha demostrado su capacidad para destruir satélites espaciales y dijo que el test "pondrá en peligro el libre acceso y uso del espacio para todos los Estados durante muchos años".
Los Veintisiete consideraron también que el lanzamiento del misil "pone en duda la credibilidad" de Rusia, ya que "contradice" la postura que ha defendido en varios foros internacionales, incluido la ONU, en favor de un comportamiento responsable en el espacio exterior.
"Es un recordatorio de la urgente necesidad de impulsar los debates internacionales para acordar e implementar normas de comportamiento responsable en el espacio", apuntó Borrell, que pidió a todos los países "incluida la Federación Rusa" que contribuyan en el desarrollo de esas reglas.
Moscú reconoció esta semana que lanzó el misil para destruir un antiguo satélite ruso de 1982, pero tildó a Estados Unidos de "hipócrita" por haberle acusado de haber puesto en riesgo a la tripulación de la Estación Espacial Internacional con la basura espacial que generó la prueba.