Algunas crías de murciélagos balbucean como los bebés, según estudio

WASHINGTON. Los bebés humanos no son los únicos que balbucean. Algunos murciélagos también son muy parlanchines en su infancia e incluso emiten sonidos parecidos el de nuestros bebés, según un estudio publicado el jueves en la revista Science.

Un murciélago Saccopteryx bilineata balbuceando.
Un murciélago Saccopteryx bilineata balbuceando.235512+0000 MICHAEL STIFTER

El balbuceo es crucial para los bebés humanos que desarrollan el control de su aparato vocal necesario para el habla. El estudio indica que lo mismo aplica para grandes murciélagos de sacos (Saccopteryx bilineata), originarios de América Central.

“Los niños humanos parecen balbucear para interactuar con sus cuidadores, pero también lo hacen cuando están completamente solos, al parecer felices de explorar su voz, y eso es lo mismo que hacen nuestros murciélagos”, dijo a la AFP Mirjam Knornschild, coautora del estudio y trabajadora del Museo de Historia Natural de Berlín.

Los murciélagos comunican por ultrasonido -frecuencias de sonido no captables por el hombre- pero también pueden hacer sonidos audibles para la gente.

“Suena como un gorjeo agudo para nuestros oídos (...), es melódico”, señaló Knornschild

El Saccopteryx bilineata no se esconde cuevas oscuras, sino que prefiere vivir en árboles, lo que lo hace más fácil de observar.

El balbuceo de uno 20 bebés murciélagos fue grabado en bosques de Costa Rica y Panamá entre 2015 y 2016 por la investigadora Ahana Fernández, también relacionada con el Museo de Historia Natural de Berlín.

Hasta 43 minutos

Los mamíferos, como el hombre, tienen una laringe y comienzan a balbucear alrededor de tres semanas después de nacer, hasta unas siete a diez semanas, cuando destetan. Durante ese tiempo, un murciélago pasa alrededor de 305 de su tiempo balbuceando, en sesiones que duran en promedio unos siete minutos, según los investigadores.

Pero uno de ellos balbuceó durante 43 minutos, un largo lapso siendo que los adultos comunican generalmente en pocos segundos. “Es algo realmente peculiar que otras especies de murciélagos estudiadas simplemente no hacen”, apunta Knornschild. “Son muy parlanchines”, dice.

Las vocalizaciones fueron convertidas en imágenes llamadas espectrogramas. “Cada sílaba tiene una forma específica (...) y son fácilmente distinguibles”, agregó.

Los científicos analizaron más de 55.000 sílabas producidas, encontrando en murciélagos características universales del balbuceo en niños humanos, como repeticiones, ausencia de sentido, pero también cierto ritmo en los sonidos. Al igual que en humanos, su curva de aprendizaje no es lineal.

Los jóvenes murciélagos aún no dominan las 25 sílabas del repertorio adulto al momento del destete, lo que sugiere que siguen aprendiendo después.

Canto

Los investigadores pudieron mostrar que los jóvenes murciélagos aprendieron tempranamente un canto de seis sílabas usado por los adultos para marcar su territorio y atraer hembras. “Las crías escuchan al macho adulto cantar y lo imitan”, dijo Knornschild.

Las crías de hembras también aprendieron el canto, aunque no lo reproducirán cuando adulto. Pero los estudios sugieren que el aprendizaje las puede ayudar para juzgar el desempeño de potenciales futuras parejas.

Muy pocas otras especies balbucean. Solo algunos pájaros, dos especies de monos titíes y quizá algunos delfines y ballenas beluga.

¿Por qué necesitan algunos animales desarrollarlo y otras no?

“Navegar y comunicarse en la oscuridad, en un entorno oscuro en tres dimensiones, parece ser una alta motivación para aprender a vocalizar”, señala Knornschild.

Pero sin importar el motivo, los investigadores subrayan que el desarrollo de un sistema vocal complejo abre un mundo de posibilidades, como lo demuestren los humanos... y también los murciélagos.

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