Las imágenes de satélite mostraron solo un 50 % de concentración de hielo marino el 14 de agosto de 2020, un mínimo histórico en una región bautizada como “la última zona helada del Ártico” y que supone un importante refugio de osos polares, focas y morsas.
Las observaciones y modelos numéricos sugieren que esta región puede ser más vulnerable al cambio climático de lo que se pensaba, según un estudio publicado en Communications Earth & Environment, en el que los autores apuntan a los vientos estivales inusuales como uno de los motivos.
Los científicos afirman que las investigaciones futuras deberían intentar cuantificar la resistencia de esta zona de hielo al cambio climático con fines de conservación, ya que puede llegar a ser el último hábitat de verano de algunos mamíferos dependientes del hielo.
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Para investigar la causa de esta “inesperada y drástica” pérdida de hielo marino, Axel Schweiger y sus colegas de la Universidad de Washington utilizaron imágenes de satélite y modelos numéricos que tuvieron en cuenta las condiciones ambientales del mar de Wandel en 2020.
Los autores estiman que la mayor pérdida de hielo el pasado verano se debió sobre todo a unas condiciones meteorológicas inusuales, con fuertes vientos estivales que alejaron el hielo de la zona.
Los autores también presentan simulaciones numéricas para la región basadas en datos recogidos desde 1979, que señalan que el adelgazamiento a largo plazo del hielo marino -provocado por el cambio climático- contribuyó asimismo a un mayor derretimiento en 2020, ocasionando que la última zona de hielo fuera más vulnerable a las citadas condiciones meteorológicas.
Los modelos muestran que los vientos inusuales movieron el hielo marino fuera del área, pero que la tendencia de adelgazamiento de varios años también contribuyó, al permitir que más luz solar calentara el océano.
Luego, cuando se levantaron los vientos, el agua tibia pudo derretir los témpanos de hielo cercanos.
Según la investigación, un 80 % se debió a factores relacionados con el clima, como los vientos que rompen y mueven el hielo, y el otro 20 % al adelgazamiento a largo plazo del hielo marino debido al calentamiento global.
"El pensamiento actual es que esta área puede ser el último refugio para las especies que dependen del hielo. Entonces, si como muestra nuestro estudio puede ser más vulnerable al cambio climático de lo que la gente ha supuesto, eso es importante", resume Schweiger.
La concentración récord de hielo en 2020 fue "sorprendente" porque el espesor promedio del mismo al comienzo del verano era en realidad cerca de lo normal, recuerda un comunicado de la Universidad de Washington.
“Al igual que en otras partes del océano Ártico, el hielo aquí se ha ido adelgazando de manera gradual, aunque en la primavera pasada en el mar de Wandel era en promedio un poco más grueso que en años anteriores. Sin embargo, las imágenes de satélite mostraron un mínimo histórico de solo un 50 % de concentración de hielo marino el 14 de agosto de 2020”, agrega.