Hasta la fecha se han descubierto más de 4.000 planetas fuera de nuestro Sistema Solar, la gran mayoría de los cuales orbita en torno a una estrella.
Aunque las teorías de formación y evolución planetaria predicen la existencia de cuerpos que flotan libremente, tan solo en los últimos años se han comenzado a identificar algunos de ellos, ante las dificultades que presenta su observación.
Uno de los métodos más comunes para hallar exoplanetas es detectar la variación de luz que se produce en una estrella cuando uno de los cuerpos que la orbitan pasa por delante de su disco con cierta periodicidad.
También es posible deducir la presencia de planetas gracias a las variaciones gravitacionales que producen sus movimientos en torno a la estrella.
Dado que ninguna de esas dos estrategias sirve para buscar planetas que flotan en solitario en la galaxia, los astrónomos utilizan un fenómeno conocido como microlente gravitatoria para encontrarlos.
Se trata de una consecuencia de la teoría general de la relatividad, que predice que un objeto masivo curva la trayectoria de la luz que llega desde otro cuerpo situado detrás de él.
Ese fenómeno “actúa como un enorme vidrio magnificador” que facilita la observación de objetos distantes, describen los investigadores en un comunicado.
“Las posibilidades de observar una microlente son extremadamente pequeñas, porque hay tres objetos -la fuente, la lente y el observador- que deben estar casi perfectamente alineados” detalla Przemek Mroz, del Instituto de Tecnología de California y autor principal del estudio.
Por ese motivo, los programas de detección de ese tipo de eventos astronómicos siguen la pista de centenares de millones de estrellas en el centro de la Vía Láctea, a fin de incrementar las posibilidades de dar con uno de ellos.
En este caso, los astrónomos han utilizado los datos del telescopio Varsovia, un aparato con una lente de 1,3 metros de diámetro ubicado en el observatorio Las Campanas de Chile.
La duración de un efecto de microlente depende de la masa del objeto: cuanto menos masiva es la lente, más corto es el fenómeno.
La mayoría de los eventos observados duran varios días y están provocados por estrellas, mientras que aquellos que se atribuyen a planetas se alargan durante unas pocas horas.
En esta ocasión, los científicos se encontraron con el evento de microlente más corto identificado hasta ahora, de una duración de solo 42 minutos.
“Cuando vimos por primera vez este evento estaba claro que había sido provocado por un objetivo extremadamente pequeño”, afirmó Radoslaw Poleski, del Observatorio Astronómico de la Universidad de Varsovia.
Los modelos físicos predicen que se trata de un cuerpo de un tamaño entre el de la Tierra y el de Marte.
“Si la lente estuviera orbitando en torno a una estrella, detectaríamos su presencia en la curva de luz. Podemos descartar que este planeta tenga una estrella dentro de una distancia de unas 8 unidades astronómicas (ocho veces la distancia entre la Tierra y el Sol)”, indicó Poleski.