QUITO. Así lo informó este jueves la Fundación, que identificó a las especies avistadas como un tiburón de siete branquias (Notorynchus cepedianus) y otro de seis (Hexanchus griseus) , en las aguas de las islas Floreana y Española. Ambas especies pertenecen a la familia Hexanchidae, comúnmente conocida como tiburones vaca y considerada entre los grupos de tiburones más primitivos.
Precisamente su característica más distintiva es el número de branquias que van de seis a siete, a diferencia de la mayoría de los escualos, que pueden alcanzar hasta cinco.
“La aparición del tiburón de siete branquias, que es una especie costera, alrededor de las Galápagos es emocionante y plantea preguntas interesantes sobre su comportamiento migratorio”, manifestó el taxonomista de elasmobranquios David Ebert, que confirmó ambas identificaciones. El experto subrayó que los tiburones de seis branquias, “son especies que se encuentran principalmente de aguas profundas y uno de los tiburones más grandes y abundantes en estas zonas”.
Los hallazgos, según un comunicado de la Fundación Charles Darwin, contribuyen a una mejor comprensión del rango territorial de ambas especies, información que es vital para guiar el manejo de su conservación y pesca dentro y fuera de áreas protegidas marinas. Los nuevos registros de tiburones vaca, que son depredadores topes, reflejan que aún quedan especies por descubrir en las profundidades de esta reserva marina, que alberga multitud de especies endémicas de fauna y flora por sus condiciones climáticas y geográficas privilegiadas.
El archipiélago ecuatoriano, catalogado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, está situado a unos mil kilómetros de las costas continentales de Ecuador, y es considerado un laboratorio natural que permitió al científico inglés Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.