El aumento de la urbanización en África hará que los mosquitos piquen más

De unas 3.500 especies de mosquitos en todo el mundo, solo unas pocas tienen como objetivo a los humanos, pero son importantes propagadoras de enfermedades infecciosas. Ahora, un grupo de científicos sugiere que el aumento de la urbanización en un futuro llevaría a que más mosquitos se ceben con las personas.

Desde el año 1881 se conoce el poder de contagio de varios virus a través del mosquito “Aedes aegypti”, y la forma de erradicación propuesta desde entonces es la eliminación de sus criaderos.
Desde el año 1881 se conoce el poder de contagio de varios virus a través del mosquito “Aedes aegypti”, y la forma de erradicación propuesta desde entonces es la eliminación de sus criaderos.Archivo, ABC Color

MADRID. Los resultados del estudio realizado en África se publican en la revista Current Biology y demuestran que los principales factores que contribuyen a la proliferación de estos mosquitos son los climas secos y la vida en la ciudad.

En concreto, los investigadores de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) se centraron en estudiar dónde y por qué los mosquitos Aedes aegypti -el principal propagador del dengue, el zika, la fiebre amarilla y el virus chikunguña- se “aficionaron” a picar a los seres humanos. Los Aedes aegypti “son invasivos” en los trópicos y tienen una “fuerte preferencia” por huéspedes y hábitats humanos, lo que los convierte en “importantes vectores de enfermedades”, explica la investigadora Carolyn McBride.

En África subsahariana, principal área de actuación de esta especie, estos mosquitos muestran una “atracción extremadamente variable”, ya que pueden tener desde una fuerte preferencia por humanos hasta una fuerte preferencia por animales.

Los investigadores se preguntaron en qué lugares específicos les gusta a estos mosquitos picar a los humanos y en qué otros prefieren “morder” a los animales. Para ello, utilizaron trampas especiales para recolectar sus huevos en varias zonas de 27 lugares de África subsahariana, y luego, en el laboratorio, probaron las preferencias de estos mosquitos atendiendo al olor que desprenden personas y animales. Los hallazgos demostraron que los mosquitos que vivían en ciudades con gran densidad de población se sentían más atraídos por el olor humano que en aquellas regiones donde los asentamientos eran rurales. Así, los mosquitos que viven próximos a ciudades densas como Kumasi, en Uganda, o Uagadugú, en Burkina Faso, “muestran una mayor disposición” a picar a los humanos, concreta por su parte Noah Rose.

Además, los mosquitos que vivían en lugares con estaciones secas más largas y calurosas mostraban una fuerte preferencia por el olor humano y no tanto por el animal. “Solo cuando las ciudades se vuelven extremadamente densas o están ubicadas en lugares con estaciones secas más intensas, se interesan más en picar a los humanos”, resume McBride en un comunicado del grupo Cell, editor de la revista donde se publica este estudio. Los expertos no esperan que el cambio climático de las próximas décadas provoque grandes cambios en la dinámica de la estación seca, pero sí sugieren que la rápida urbanización podría llevar a que más mosquitos piquen a personas que viven en ciudades del África subsahariana en los próximos 30 años.

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