El estudio, que relaciona las alteraciones de la microbiota intestinal y el envejecimiento acelerado y que acaba de publicar la revista Nature Medicine, contó con la colaboración del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) de París, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC), la Universidad de Zaragoza y la Universidad Europea de Madrid.
En este trabajo, el equipo de investigación estudió el microbioma de ratones y pacientes con envejecimiento acelerado o progeria, según detalla la institución académica asturiana. El síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad rara que afecta a una persona de cada cuatro millones, provoca un envejecimiento acelerado durante la infancia que conduce finalmente a una muerte prematura de los pacientes.
El personal investigador demostró que los ratones y pacientes con progeria presentan pérdida de masa bacteriana benéfica o disbiosis intestinal. López-Otín explica que uno de los objetivos era identificar qué alteraciones estaban presentes en la microbiota intestinal de los ratones y pacientes con progeria y analizar si las bacterias cuyos niveles estaban alterados ejercían un papel perjudicial o beneficioso.
En el mismo estudio, añade López-Otín, se ha analizado la microbiota de centenarios españoles y se ha identificado un aumento de bacterias beneficiosas como “Akkermansia muciniphila”, la cual se encontraba además disminuida en los ratones con progeria.
Por su parte, su compañero Moral Quirós apunta que la regulación de la microbiota intestinal por medio de trasplantes o probióticos es una de las líneas de investigación más prometedoras para el tratamiento de ciertas enfermedades humanas, especialmente aquellas relacionadas con trastornos metabólicos. Sin embargo, precisa que su posible aplicación en enfermedades relacionadas con el envejecimiento aún no se había explorado.
En este sentido, el equipo de investigación demostró que el trasplante de microbiota fecal de ratones sanos o el tratamiento con la bacteria probiótica “Akkermansia muciniphila” extiende la vida de ratones con envejecimiento acelerado. Así, el trabajo demuestra que la corrección de la disbiosis intestinal mediante el trasplante de microbiota podría utilizarse como futura terapia en enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Este estudio fue financiado por el proyecto DeAge del European Research Council, la Progeria Research Foundation, el Instituto español de Salud Carlos III, el Ministerio español de Ciencia, Innovación y Universidades y la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias.