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Por suerte, el bus de la excursión nos dejó tempranísimo en el acceso más próximo a Estadio Único de La Plata. Sin mucho más que hacer, me encontraba ya ubicada en mi lugar a las 17:30 horas. El sector campo estaba aún muy holgado y con la gente sentada en el piso descansando. Desde ahí veía las expresiones de los fans ingresando al estadio gritando, saltando, corriendo, buscando merchandising y algunos, como si nada, como si era un show más.
Para las 19 horas ya había pasado el primer telonero, la Beriso. Al rato, una señora y su hija adolescente se sientan cerca mío. “Nena, ¿sentís la energía que hay acá?” le dijo la madre… Me llamó la atención la pregunta, pero no escuché la respuesta. Sin embargo, se me ocurrieron unas cuantas: 1) miles de personas saltando seguramente generaban alguna energía; 2) miles de personas cantando seguramente también generaba algún tipo de energía; 3) tanta gente con buena vibra y con la ansiedad que yo estaba experimentando, seguramente generaba algún tipo de… energía?
A las 19:30 horas subieron Ciro y Los Persas, quienes al final lograron iniciar el pogo con una versión larga de “El Farolito”. Recordé que hace unos años se había hecho un estudio sobre resonancia que produce el pogo, ante quejas de los vecinos de la zona del Estadio River Plate quienes decían que el salto de los chicos en los conciertos producía grandes vibraciones en los edificios aledaños. (Fuente: TN.com.ar) ¿Se puede mencionar eso como energía?
¡Por fin! pocos minutos después de las 21 horas subieron sus Majestades Satánicas para comenzar el show como si fuese un potente shock con “Start Me Up” y siguieron con “It's Only Rock 'n' Roll (But I Like It)”. Increíble inicio. Más increíble resulta verlos con tanta vitalidad pensando que tienen más de 70 años, con excepción de Ronnie Wood que tiene 68 y está totalmente rejuvenecido, con una esposa de 38 años que espera gemelos para junio y convertirá al guitarrista nuevamente en papá.
Mick se las pasó comunicándose con el público en español, que lo ovacionaba luego de cada frase. Hizo unos cuantos chistes: comenzó diciendo “hola vieja!” y prosiguió con “la pasamos muy bien en Buenos Aires, es una lástima que sea el último show... pero no se preocupen porque me compré un 2 ambientes en Chacarita”, para generar una enorme risotada en todo el estadio.
Continuaron el arsenal de hits tocando “Tumbling Dice”, “Beast of Burden” hasta llegar a la canción elegida por la votación: “You got me Rocking”, aunque la presentaron con una intro de “Dont Cry for me Argentina”.
Ambos guitarristas tomaron la primera plana para presentar un par de temas con onda bluesera, con los que se los aplaudió hasta que el último sonido se disipó.
Las sillas habían quedado atrás y todas las canas que estaban alrededor mío se encontraban al vuelo, cada una a su manera, cuando de nuevo volvió Jagger para presentar a cada uno de sus compañeros: el Jorge Luis Borges de la guitarra, Ronnie Wood; el irreverente Keith Richards; al cool Charlie Watts; y al resto del team.
No faltaron “Paint It Black”, “Honky Tonk Women”, “Miss You”, “Gimme Shelter”, con el público vibrando con cada vuelta, cada mirada, cada paso, corto pero insistente de Jagger, a lo ancho y largo del escenario. Pero no fue hasta que sonó la majestuosa “Sympathy for the Devil” que caímos rendidos y reconfirmábamos la supremacía de estas legendarias figuras del rock.
A partir de allí era disfrutar cada momento y registrar lo que quedaba con “You Can't Always Get What You Want”, “(I Can't Get No) Satisfaction” y Mick Jagger pidiendo ver el mejor pogo del mundo, ondeando una toalla al aire y los 50 mil presentes haciendo lo mismo. El show se completó con bastante pirotécnica y los Stones abrazados, despidiéndose. Fueron dos horas y media de rock sin tregua que nos brindaron estos viejos que vienen haciendo historia con lo que hacen, desde hace más de 50 años.
Se prendieron las luces del estadio para vernos las caras… era lo que quedaba. A esas horas en los rostros de todos, viejos, adultos, jóvenes y niños, había una brillante alegría.
Por definición, la energía es la capacidad de producir movimiento y generar cambio o transformación. Entonces, quedaba responder a la señora: usted tenía razón, había ahí mucha energía.