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La diplomática es abogada y licenciada en relaciones internacionales. En la charla que mantuvimos con ella en su residencia en Paraguay afirma que los estadistas, los presidentes y dirigentes políticos deben pensar en el pueblo antes que en sus propios intereses para lograr el desarrollo.
La embajadora Norah Valvarte entró al servicio diplomático hace 34 años y hace dos años diez meses que está como embajadora del Perú ante el Paraguay. Comenta que ingresó a la diplomacia como tercera secretaria y luego realizó estudios en la Academia Diplomática del Perú. Estuvo en varios países como Bélgica, Suecia, Ecuador, Nueva York, Estados Unidos; Francia y en San Pablo, Brasil.
La embajadora Norah Nalvarte afirma que mucha gente piensa que la vida diplomática son fiestas y cocteles solamente. Sin embargo, es una carrera difícil, que muchas veces tiene sus sinsabores.
“Es una carrera que tiene muchas cosas agradables, que te hacen sentir privilegiada, pero en contrapartida, en mi caso particular, me he dado por entero a ella. Con eso no quiero decir que he renunciado a muchas cosas, pero sí sacrifiqué algunas, por la carrera de la cual me siento muy orgullosa. Es una carrera hecha por hombres, para hombres, donde todavía existe machismo“, refiere.
- Embajadora, sufrió discriminación por el hecho de ser mujer dentro de su carrera?
- Dentro del grupo de diplomáticos ya no existe tanto, pero la gente extraña a la carrera confía poco en la gestión que pueda hacer una mujer como embajadora. Cuando me presento como la embajadora de mi país, me responden: “Ah, es usted la esposa del embajador.” No, le digo: “Yo soy la embajadora.” Pero los tiempos han cambiado para bien, lo he comprobado en países que visité varias veces.
- Hace 34 años ingresó al servicio diplomático y recorrió varios países, qué cambios positivos y negativos pudo observar en ellos?
- Muchos países adonde viajé al cabo de algunos años regresé y vi que habían progresado sustancialmente en lo económico y político. En el Paraguay vine por primera vez en 1982. Me gustó mucho y me pareció una ciudad muy tranquila y segura. La familia que me invitó a almorzar ese día tenía un auto que dejaron con la puerta abierta. Recuerdo que me preocupé tanto por mi bolso que dejé en el auto, pero no pasó nada.
- Y ahora es una ciudad peligrosa donde hay muchos robos y asaltos, verdad? - Creo que ahora, no obstante, sigue siendo segura comparando con otros países, pero ya no es tanto como antes. Hay mucha violencia, asaltos, robos, crímenes. Lo que no ha cambiado en el Paraguay es la hospitalidad de su gente.
- Su país tampoco está ajeno a la creciente violencia...
- Lamentablemente es verdad. En el Perú por el problema de terrorismo que tenemos desde hace muchos años atrás se tenían que tomar muchas medidas de seguridad. Pero tampoco puedo negar que hay mucha violencia urbana.
- Recorrió muchos países ricos, qué ve usted que falta a los países latinoamericanos para potenciar nuestro desarrollo?
- Lo primero y fundamental es la estabilidad política, porque ello genera estabilidad económica. Veo también que nos falta integrarnos. Las naciones latinoamericanas serán fuertes cuando se unan.
- El Mercosur y el Pacto Andino son un inicio de esa integración...?
- Tenemos muchas cosas en común, pero todavía no estamos llegando a la verdadera integración. Yo viví y estudié en Bélgica por seis años. En ese país ví que se unieron países que tenían intereses contrapuestos. Países que habían luchado en la Primera y Segunda Guerra Mundial entre ellos, se unieron teniendo lenguas y religiones distintas. En Bélgica se hablan tres idiomas diferentes y se unió a Alemania, Italia y Francia.
- Habla de los inicios de la Comunidad Económica Europea?
- Sí, hace más de 30 años, eran cinco nada más los países que comenzaron el Mercado Común Europeo; ahora ya son 15 los países y cambió el nombre por la Unión Europea. Tienen una unión política, económica y social muy sólida, un bloque de países que juega un rol muy importante en el mundo. Entonces, si nosotros que tenemos en común un idioma, salvo Brasil, tenemos en común la religión hasta los mismos valores culturales, es mucho más fácil la integración.
- Qué nos impide entonces integrarnos?
- Creo que las diferencias de idiosincrasia impidió nuestra integración. Mientras los europeos superaron muchas diferencias, nosotros los latinoamericanos todavía no superamos inclusive las divisiones territoriales. Lastimosamente, las situaciones que podrían unirnos, la política mal entendida es la que nos ha llevado a separarnos.
- ¿Cómo debe ser la política bien entendida?
- Los estadistas, presidentes y dirigentes políticos deben pensar en el pueblo y no en sus intereses particulares para el desarrollo de los países. El político debe servir al pueblo y no servirse de él.
- Las relaciones económicas del Paraguay con el Perú son muy incipientes, ¿por qué?
- No es por falta de voluntad. El principal impedimento para comerciar con el Paraguay son las vías de comunicación. Actualmente para ir al Perú de Paraguay es como viajar hasta París, Francia, se demora entre 12 ó 14 horas porque tiene que ir por Buenos Aires, Brasil, o por Chile. Convendría tener vuelos directos de Lima a Asunción. Conversé con algunos empresarios de la compañía aérea, pero hasta ahora no tuve éxito.
La crisis económica por la que atraviesan casi todos nuestros países latinoamericanos se solucionaría si nosotros tuviésemos un bloque unido e integrado, porque nos fortaleceríamos económicamente. Porque tenemos economías compatibles y complementarias unas con otras. Paraguay tiene carnes de primera calidad para exportar, el Perú tiene pescados frescos y espárragos de primera que el Paraguay compra de España pudiendo comprar de un país vecino como el Perú.
- También podría fomentarse el turismo si hay vuelos directos del Perú al Paraguay...
- Así, es. Trazando rutas que promuevan el turismo podríamos fomentar la conocida industria sin chimenea. Nosotros podemos mostrar tantas cosas y ustedes también. Las Cataratas del Yguazú es un atractivo a visitar, también la represas de Itaipú. Quién se resistiría a una visita a Cuzco para visitar Machu Pichu, que es el conjunto arquitectónico incaico más imponente de la humanidad. Es una de las maravillas hechas por el hombre que tiene muchos misterios sin desentrañar.
- Recuerda a alguna persona que conoció a nivel mundial?
- Me produce una inmensa emoción con solo recordarla. Conocí a la Madre Teresa de Calcuta en Roma, Italia, de casualidad, en 1987. La bondad y la humildad que casi no eran humanas en ella, son indescriptibles. Fundó la Congregación Hijas de la Caridad para darle una santa sepultura a los abandonados y olvidados de la sociedad. Recuerdo que hacía frío y ella estaba vestida con sandalias y un ligero pulóver. También conocí a Nelson Mandela, en Francia. Siempre admiré el tesón de él. Pasó humildemente 27 años preso a causa de su lucha contra la discriminación racial de su país, Sudáfrica. También poco antes de su muerte en 1963, conocí a John F. Kennedy. Fue muy breve el saludo, pero igual me impactó.
- Qué le gustaría hacer realidad para nuestro país?
- Que haya más intercambio cultural y económico. Creo que ahora que se ha nombrado una embajadora de Paraguay en Perú, a la Dra. Julia Velilla, se va activar mucho más.
- Y para su país?
- Estamos viviendo momentos difíciles. Me gustaría que nos unamos, que veamos el futuro con optimismo. Procurar trabajar por la consolidación de la democracia. Ya hemos tenido muchos años de lucha con el terrorismo, muchas heridas que cicatrizar, pero la democracia es un proceso que debe ser consolidado.