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Hacía casi tres años que estaban de misión diplomática en el Paraguay el embajador de Alemania Josef Rusnak y su esposa Heidi Rusnak. Estuvo de misión en diez países. El diplomático indica que aprendió a quererle mucho a los latinos porque son “tan diferentes de los europeos y especialmente de los alemanes.”
- Embajador, afirma que los latinos son diferentes a los alemanes ¿en qué aspecto?
- Siempre se dice que los alemanes son correctos, puntuales, disciplinados. Los latinos son abiertos y afectivos, tienen un espíritu alegre. Valoran las cosas pequeñas de la vida, aunque sean muy humildes.
- Qué les resulta atractivo del Paraguay a los inmigrantes que vinieron a instalarse aquí?
- Desde hace casi 150 años (1854) mantenemos relaciones diplomáticas con su país y tienen una colonia alemana de aproximadamente 120 mil en el país, aunque son como 15 mil los que tienen pasaporte alemán. Creo que es un país hermoso, con un mundo de posibilidades. Los paraguayos tienen un buen ejemplo de lo que se puede hacer en este país. Los menonitas en el Chaco. Esa gente llegó hace muchos años cuando el Chaco era impenetrable. Ahora tienen fábricas y un buen desarrollo económico y social.
- ¿Cuál es el factor fundamental que le impulsó a desarrollarse a los menonitas?
- Los menonitas que llegaron a este país hace muchos años tenían grandes experiencias en el sector de la agricultura. Estaban muy bien capacitados, pero eso no es suficiente para lograr un grado de progreso y desarrollo, hace falta tener mística, motivación. Ellos estaban convencidos de que Dios los puso allí y debían crecer.
- Embajador, ¿qué aspectos importantes les falta impulsar a los países pobres para lograr el desarrollo?
- El Paraguay tiene excelentes condiciones para que sea un país progresivo, desarrollado. Tiene un territorio grande, es 25 por ciento más grande que Alemania. Nosotros tenemos 82 millones de habitantes y ustedes tienen 5 millones de población. Tienen posibilidades increíbles, un clima muy agradable, suficiente energía eléctrica para tener industrias, abundante agua, mucha mano de obra barata, los sindicatos no son tan luchadores como en otros países. Pero hay que hacer esfuerzos para lograr el desarrollo.
- ¿Qué tipos de esfuerzos hay que enfatizar?
- Primero ponerse de acuerdo sobre qué política nacional seguir para desarrollarse. Al paraguayo le faltan experiencias en cargos importantes y la responsabilidad para impulsar proyectos. Eso se logra con la capacitación y el intercambio entre otros países. Hace solo diez años que tienen democracia, un tiempo muy breve para la gimnasia participativa. Entonces hay que potenciar más los recursos humanos con intercambio con el exterior del país. Después de tanto tiempo de estar aislado es muy difícil abrirse, pero en nuestro mundo globalizado, un país tiene futuro solamente si se abre y se une en bloques.
- Es sabido que usted, embajadora, es una persona muy activa en trabajos comunitarios con gente humilde.
- Como esposa del embajador, naturalmente lo que se espera de mí es que aparezca solamente en recepciones, pero para mí no es suficiente. Porque si uno ve tantas necesidades no puede pasarse en las peluquerías para estar bonitas en las recepciones. A través de las Damas Diplomáticas estamos ayudando a las líderes campesinas del distrito de Choré. A dos años de trabajo, de los 123 comunidades ya tienen 13 silos comunitarios para alimentar a sus gallinas que es un programa exitoso de autogestión que están mejorando su calidad de vida, también producen jabones y tienen huerta. Es un placer muy grande ayudarlos porque son agradecidos, sinceros y muy cálidos.
- Hay opiniones dispares en relación a los beneficios que trae la globalización a los países subdesarrollados, ¿qué opina usted, señor embajador?
- La globalización es una necesidad para los países pequeños y para los grandes, porque en nuestro mundo a lo largo de los años solo se podrá sobrevivir si se unen con otros países. Por ejemplo, los norteamericanos son bastante independientes del resto del mundo y son uno de los países más desarrollados; sin embargo, se unen con otras naciones, otros continentes, porque si no es así, primero van a perder mercados y por ende no podrán mantener el progreso social. Hay que mirar hacia el resto del mundo, Mercosur, Unión Europea, etc. Para la democratización del país es fundamental la modernización del Estado.
- ¿Qué aspectos deben tenerse en cuenta para la modernizar el Estado?
- La justicia debe ser independiente e igual para todos. Los alemanes estamos ayudando en este proceso de consolidación. Porque si no hay seguridad en la justicia es muy difícil que los empresarios extranjeros vengan a invertir en el país y por ende no podrán generarse más empleos. El pueblo paraguayo es inteligente y trabajador, pero hay que crear las condiciones favorables para que la situación del país mejore.
- ¿Quiénes deben crear ese ambiente propicio para que cambie la imagen del país en el exterior y que la justicia sea creíble?
- Todos tenemos que colaborar, los tres poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, el pueblo, los maestros en la escuela, los colegios, las universidades, el pueblo en general. Es importante la concertación entre los diferentes sectores políticos, pero principalmente la reforma del Estado. La privatización de las instituciones estatales es una necesidad que no se debe postergar. El Estado no puede estar dimensionando sus funciones reales, el sector privado es por excelencia el que debe manejar las empresas comerciales.
- El Parlamento ya aprobó la Ley de Reforma del Estado...
- Sí, por eso tengo la impresión de que el Gobierno está haciendo esfuerzos de cambiar esta situación. Hacer la reforma por la vía rápida me parece un gran progreso. Es importante también que el pueblo sea consciente de la necesidad de la reforma del Estado.
- Pasando a su país, qué representó para los alemanes el Muro de Berlín?
- El muro no representaba solamente la división del pueblo alemán en dos partes sino también era una división de Europa central y del mundo entero en el bloque del este y del oeste. La caída del Muro de Berlín hace diez años representa la unificación del pueblo alemán y del mundo entero.
- A diez años de la unificación de su país, qué apreciación tiene del hecho histórico?
- Es difícil describir lo que pasó hace diez años en los primeros días cuando el muro se cayó y cuando las primeras personas del Este entraron en Alemania del Oeste. Era una alegría tremenda, casi una salvación para esa gente el poder liberarse del comunismo, de un sistema tan horrible. No podemos olvidar que Alemania del Este con más de 18 millones de habitantes vivió más de 40 años en un sistema comunista y Alemania del Oeste con más de 62 millones de habitantes en un sistema democrático. Un país separado ideológicamente dejó muchas heridas. Hasta ahora, después de 10 años de unidad, no estamos tan unidos como deberíamos, pero comparadas con lo que se adquirió con la unidad, son muy pequeñas las diferencias.
Señora Rusnak: “Yo nací en Alemania comunista. Sufrí el comunismo en carne propia hasta los 10 años. Mi papá fue perseguido por razones políticas y tuvimos que huir de allí, porque mi padre corría peligro de muerte. Por eso para mí la caída del Muro de Berlín fue tan emocionante, muy difícil explicar con palabras. Tenía mi familia dividida entre Alemania democrática y Alemania comunista”.
- ¿Qué representó el nazismo para el pueblo germano?
- Era una de las épocas negras de la historia alemana. No puede uno imaginarse cómo un pueblo tan culto, educado y desarrollado podía ser afectado por una idea tan horrible, por el nazismo. Pero los alemanes nos declaramos responsables de esa parte negativa de nuestra historia. Después del nazismo, el pueblo alemán ha aprendido su lección y hoy día es una de las grandes naciones democráticas en el mundo.
- ¿Qué desea hacer realidad en el Paraguay?
- Que el pueblo paraguayo tenga lo que se merece y puede. En otras palabras, que la situación social y política del país mejore y se consolide la democracia. En este proceso todos, la comunidad internacional, estamos apoyando al Paraguay.