El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de COVID-19. Como organización médico-humanitaria de emergencia, Médicos Sin Fronteras (MSF) tiene experiencia trabajando con enfermedades endémicas y epidémicas, especialmente con las poblaciones que tienen un sistema de salud muy débil, poca inmunización (poca cobertura de los planes de vacunación) o se encuentran pasando por un conflicto armado o desastre natural.
Una vez que tengamos una vacuna eficaz aprobada, ¿quién tendrá acceso a ella? ¿cuánto costará? ¿llegará a quienes más la necesitan? Todavía falta mucha información que las farmacéuticas deben compartir en medio de la pandemia y con vistas a una vacuna como bien público global.
Cerca de 44.000 venezolanos han llegado a Arauca en los últimos años huyendo de la crisis económica y política que atraviesa su país. Aunque allí encuentran los bienes que necesitan para subsistir, muchos se enfrentan a situaciones de precariedad que no están siendo atendidas adecuadamente.
Xili Fernández lleva trabajando en Médicos Sin Fronteras (MSF) desde 2012 y ha participado en proyectos en la República Democrática del Congo, Tanzania, Siria, Zambia, Líbano y Turquía. Fernández regresó en enero a su Caracas natal, para trabajar como coordinadora del proyecto de atención a víctimas de violencia y violencia sexual en diferentes barrios de la capital venezolana. Ahora desde Madrid, hace un repaso a la situación y el trabajo de MSF en la ciudad. Dejaste Caracas en 2003 y regresaste en 2019. ¿Qué te has encontrado?
Las bacterias están a nuestro alrededor, fuera de nuestro cuerpo e, incluso, dentro de él. De hecho, están en todas partes. La mayoría son inofensivas, algunas son útiles y otras pueden ser muy peligrosas si terminan en la parte equivocada del cuerpo.
Un hospital es un entorno difícil para cualquier niño y, más aún, para aquellos cuyas familias han perdido casi todo. Margaret Ngunang, una especialista en salud mental, cuenta su experiencia de trabajo con Médicos Sin Fronteras(MSF) en Bentiu, Sudán del Sur, y explica por qué a pesar del conflicto, el desplazamiento y la enfermedad, es vital proporcionar oportunidades para que los niños simplemente sean niños.
Roraima es la principal puerta de entrada a Brasil para los venezolanos que huyen de la actual crisis económica, política y social en el país. La afluencia de migrantes y solicitantes de asilo que llegan a Brasil ha aumentado mucho desde 2017. Actualmente, alrededor de 600 venezolanos entran diariamente a territorio brasileño, cruzando la frontera y llegando a la ciudad de Pacaraima.