Matemático y doctor en derecho canónico, Robert Francis Prevost Martínez ha conmovido al mundo católico hasta las lágrimas cuando su nombre resonó desde la Plaza de San Pedro en el Vaticano hasta el último rincón del mundo como sucesor de Francisco. El primer papa estadounidense, nacionalizado peruano, adoptó el nombre de León XIV.

La elección de Lorena Canan, una docente universitaria nacida en Villa Hayes, es un avance en la lucha por la equidad de género en una de las instituciones más prestigiosas del país y que en su momento no estuvo exenta de polémicas respecto al abuso. Hoy abre un nuevo camino en la historia.
Sentado en un café de Roma, el arzobispo de Rabat, Cristóbal López, español nacionalizado paraguayo, se refirió a la corrupción, “esa gangrena que desde hace décadas, por no decir siglos” nos está corroyendo en el Paraguay. La reflexión de uno de los candidatos a ocupar la silla de San Pedro nos habla de una situación normalizada y que nos tiene en un callejón sin salida del que, al parecer, ni Dios nos puede sacar.

Una oleada de sentimientos sigue fluyendo en la memoria de los feligreses católicos de Paraguay al mencionar la histórica visita del papa Francisco en julio de 2015. Casi diez años después de ese día histórico (casi una semana después de su fallecimiento, el lunes 21 de abril de 2025), el inevitable rebobinar recuerda los momentos que definieron un antes y un después en la fe católica local.
El eco de la coherencia resuena en el legado del papa Francisco, cuya vida y pontificado tejieron un tapiz de palabras y acciones que han causado admiración de muchos y rechazo de pocos, pero jamás indiferencia. Su austeridad (murió con 90 euros en los bolsillos) perdura como un testimonio de armonía entre las palabras y los gestos. Su entierro ayer en un humilde ataúd en medio de la magnificencia de la Plaza de San Pedro, nos recuerda que el Papa que más amó al Paraguay transitó un camino diferente en la Iglesia, sacudió sus cimientos y también las conciencias de un mundo que ayer se rindió a sus pies.

En el corazón de Misiones, encendido bajo el cielo que advertía de la tristeza de un Viernes Santo que había perdido su luz, Tañarandy (San Ignacio, Misiones) volvió a ponerse las galas que eran dignas y dolorosas para celebrar la memoria de su siempre creador, Delfín Roque “Koki” Ruiz Pérez, quien dejó este mundo el 20 de diciembre de 2024... La barraca se encendía en memoria del artista que supo dar una nueva luz a la Semana Santa paraguaya.
En el epílogo de la puesta, el olor a kerosén, cebo y apepú inundaba La Barraca… de fondo sonaba una música de melancolía y esperanza; por encima hablaba Julián, el hijo de Koki Ruiz quien con la voz en un hilo ante la magnitud del primer “Tañarandy” en ausencia de su creador, se refería a la pieza Grândola Vila Morena con la que Koki pidió ser recordado… no fue elegida al azar.

Hoy arranca, para la fe católica, una semana de profunda reflexión. Así, Paraguay se convierte en un escenario de fervor religioso y arraigadas costumbres durante la Semana Santa. Miles de peregrinos y visitantes convergen en distintos puntos del país para vivir intensamente la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, especialmente durante el trascendental Viernes Santo.
Ya sea por Plauto o por Hobbes la frase de que “el hombre es el lobo del hombre” cobra hoy otro sentido a la luz del reciente anuncio de que han “revivido” mediante experimentos genéticos al Lobo Terrible (huargo), extinto hace más de 10 mil años; esto abre un debate sobre la desextinción y los alcances del poder humano.

Hasta no hace mucho, la elección de la leche era binaria: entera o descremada, un dilema sencillo para paladares sin reparos. Quienes padecían dolencias digestivas, simplemente se abstenían. Pero hoy, al transitar los pasillos del supermercado, un universo líquido y vegetal nos recibe con opciones que desafían la tradición.