A poco más de dos meses para las elecciones internas partidarias resultaría interesante un pequeño ejercicio mental; nada complicado desde la perspectiva de un simple ciudadano, pero a la vez mucho más complejo y profundo si intentamos adentrarnos en los pensamientos de nuestras mal llamadas autoridades del Estado, ¿En que consiste?
¡Atención! ¡Esta opinión podría ser objeto de intento de censura! Si hay algo que va quedando claro (y posiblemente muchos no lo quieran ver) es que la palabra “DEMOCRACIA” va quedando grande, cada vez más, con el pasar de los días. Al menos durante el tiempo que dure la administración colorada, en cualquier poder del Estado, o en la institución que sea. Sobran motivos para asumir abiertamente que el partido Colorado se rige en la idea de un sistema totalitario de Gobierno, pero disfrazado.
Es normal que utilicemos las redes sociales para expresar nuestras opiniones sin censura, lo que resulta fundamental para tratar de hacer que funcione esto que llaman “Democracia”, pero aún más normal se está volviendo el hecho de encontrarnos con todo tipo de comentarios no fundamentados y hasta incoherentes sobre cualquier situación que debería ser medianamente analizada para poder emitirse un juicio.
Como ocurría hace 200 años, nos encontramos totalmente limitados en cuanto al acceso a la educación. Como con anteojeras para caballos yéndonos directo al fiasco, pero no por una autoridad única ni en periodos de defensa territorial, sino por personas comunes iguales a todos nosotros -los trabajadores del día a día- pero limitadas de pensamiento en muchos casos, carentes de empatía.