Uruguay parece percatarse ahora del enorme error que ha cometido con el tema de la presidencia pro tempore del Mercosur. A pesar de los pedidos, advertencias y llamadas de atención que le hicieran los otros tres países, contra viento y marea, Uruguay dio por finalizada su presidencia habiendo cumplido el plazo, y en la práctica entregó de manera unilateral dicha presidencia a Venezuela, como si fuera una cuestión de mero trámite. Y no es así. Al contrario, se trata de un acto solemne, que ha sido previsto en el Tratado para que los Jefes de Estado sean quiénes dirijan, den sus orientaciones, y concluyan negociaciones cuando a niveles más bajos no han podido acordarse. Por lo tanto, la entrega unilateral es un acto nulo y sin valor alguno.
En la última cumbre de Brasilia, el 17 de julio de este año, la República de Bolivia ha sido aceptada como país socio pleno de Mercosur. De hecho, desde hace tiempo, casi desde los inicios, era un Estado asociado, status que significaba tener con los países del Mercosur acuerdos de libre comercio, pero no un arancel externo común.
La muerte de Adolfo Suárez ha conmovido a toda la humanidad. Miles de manifestaciones de pesar y también muchos recuerdos de su trayectoria fueron publicados en los principales diarios del mundo, de modo que quizá quede poco por agregar. Pero me es imposible no escribir unas líneas para rendirle un homenaje, sobre todo porque tuve el privilegio de conocerlo personalmente, y almorzar con él en dos oportunidades: una en Asunción y otra en Madrid.