¡Nada que festejar! No hay actuaciones ni público. En un escenario silenciado por la cuarentena impuesta por el Covid-19, los músicos experimentan hoy el Día del Trabajador más triste de sus vidas. Una veintena de cantantes e instrumentistas cuentan en esta nota como les golpea la pandemia.
En la esquina de las calles Tacuary y Mariscal Estigarribia, la Mansión Cellario sucumbe en silencio. Su interior, decorado con alto relieve, pinturas florales y elementos clásicos de los palacetes europeos, exhibe humedad y desprendimientos. Esta antigua y elegante obra arquitectónica es sede social del Centro Militar, Naval y Aeronáutico.
En su ranking de los placeres, la música folclórica está primero. O tal vez el idioma autóctono pueda invertir este orden. Lo concreto es que Noelia Cazzola, profesora de guaraní y difusora del folclore, se ha embanderado con la esencia del pueblo: sus tradiciones. Y hoy, aquí, en el escenario de las palabras, describe a viva voz su vocación por el arte y la cultura.
Ni las revoluciones escaparon de la moda de las tarjetas postales que eran atesoradas por coleccionistas. El auge de estos cartones impresos se dio entre 1890 y 1930. Recorrían el mundo con imágenes cotidianas del país.
Fue pintor, escenógrafo y decorador de cielorrasos. Trabajó con artistas de la talla del italiano Guido Boggiani y del francés Julio Mornet. Y fue el inspirador de su célebre hermano, Ignacio Núñez Soler. Sin embargo, no figura en la historia del arte en Paraguay. Tomás Núñez, sumido en un injusto olvido, debe ser reconocido por el valor de su expresiva obra.
El gobierno de Albino Jara pretendió pasar a 1913 las celebraciones oficiales del Primer Centenario de Independencia del Paraguay. Pero el pueblo marcó la historia en 1911, con objetos que lucían en el pecho con patriotismo.
Adornan esta página las postales de Encarnación, que en otros tiempos iban por el mundo para mostrar su pujante imagen urbana. Edificios, calles y gentes que no existen ya. Todo cambió, pero la belleza del ayer aún emociona.
“Tenemos la misión de mostrar y enseñar a los jóvenes la correcta interpretación de la polca y la guarania”, dice Rigoberto Arévalo, presidente de la Fundación Folcloristas del Paraguay. Miembros de la entidad llevaron música y alegría a compatriotas que viven en la Argentina.
Aquellos dibujos grabados hace 150 años en el periódico de guerra “Cabichuí” resaltan hoy en la fachada de la nueva Fundación Huellas. Este céntrico complejo cultural, en proceso de montaje, exhibirá al público esculturas, cuadros, mapas y gran biblioteca.