Olimpia fue contundencia, convicción y jerarquía. Además supo capear las turbulencias dentro de los noventa minu- tos, un poco por mérito propio y bastante por la ineficacia rival. Ganó el clásico 2-0 a Cerro Porteño, con goles de Ramón Sosa, en el primer tiempo, y Jorge Recalde, en el segundo.
El orgullo de campeón llevó a Olimpia a reponerse de la doble ventaja de Guaraní, empatar (2-2) y terminar ganando en penales 5-4 y cerrar el año con el título del torneo Clausura, el 45 en su rico historial. Otra vez Alfredo Aguilar se hizo grande en la definición desde los doce pasos, ya es una marca registrada.
Cerro Porteño mostró en el clásico de ayer esa exuberancia futbolística que lo llevó a ganar el título del Apertura y le ganó a Olimpia el superclásico con el gol anotado por el chico Robert Morales, en el segundo tiempo. Con autoridad de campeón fue el triunfo del equipo azulgrana, mientras que el cuadro franjeado quedó evidenciado en varios aspectos.
Con Francisco Arce defendiendo el invicto de Cerro Porteño, mientras todavía se saborea el reciente logro del Apertura.