El martes 10 de marzo parecía un día más. Guaraní estaba cumpliendo una buena campaña en el Torneo Apertura y en la Copa Libertadores. Esa tarde vi en el Cine Villamorra una excelente película, opera prima del compatriota Hugo Giménez, Matar a un muerto, ambientada en la dictadura de Stroessner. Al atardecer, mi café en el Villamorra Shopping.
«Somos libros que se van escribiendo con tachones y borrones que hieren el papel y le dejan cicatrices para siempre» se lee en un pasaje de Algún día, hoy (2019), la más reciente novela de la escritora colombiana Ángela Becerra (Cali, 1957), ganadora del premio Fernando Lara 2019. Y de la vida entendida como una escritura difícil y llena de enormes obstáculos trata esta obra, que se basa en la historia real de Betsabé Espinal, quien en 1920, con alrededor de 24 años, lideró una de las primeras huelgas femeninas en la historia, la de las trabajadoras de una fábrica de telas en Bello (Antioquia).
En 1944, Juana de Ibarbourou publicó un libro habitado por recuerdos y personajes –Tilo, Feliciana, Chico Carlo, Payaso– pertenecientes a un territorio situado entre la ficción y la memoria, libro que también forma parte del pasado de muchos de sus lectores, como en el caso de Carlos Martini, que lo leyó por vez primera en su infancia y que hoy lo recuerda en estas líneas.