América Latina y el Caribe es una región de contrastes. Casi todos tienen un teléfono celular, como lo demuestra el aumento exponencial de los suscriptores de teléfonos móviles del 10% de la población en 2000 a más del 70% en 2017.
Supuestamente, uno de los propósitos de la prisión es cambiar o ‘rehabilitar’ a los internos para que no cometan nuevos delitos – para reducir la reincidencia, en el lenguaje de políticas. La realidad es que muchas personas que han estado encarcelados reinciden y muchos regresan a la cárcel.
Desde hoy el BID abre al público el mayor portal de datos sobre mercados laborales y seguridad social de América Latina y el Caribe. El Sistema de Información de Mercados Laborales y Seguridad Social (SIMS) contiene estadísticas comparables de 23 países, además de información institucional y publicaciones académicas sobre el mercado de trabajo de la región. Con esta plataforma digital, el BID contribuye al diseño, monitoreo y evaluación de políticas basadas en la evidencia para fortalecer el desarrollo de la región.
¿A quién se le ocurre averiguar las opciones de parto entre establecimientos de salud, preguntar por el trato y la filosofía de la institución y su personal, comparar costos, ventajas y riesgos para la mujer y el bebé o, incluso, oponerse a la cesárea que el médico sugiere como “mejor” opción? En un post que publicamos previamente, se mencionó que la asimetría de información entre médico y pareja embarazada es una de las razones que generan la alta y creciente tasa de cesáreas en la región. Como en muchos otros ámbitos, la información es poder, también, diría yo, cuando se trata de tomar decisiones con respecto al nacimiento de un bebé. Una cesárea injustificada e innecesaria es solo una de varias expresiones de lo que podríamos entender como un parto deshumanizado.
¿Hasta qué punto la conducta económica está determinada por la cultura y hasta qué punto por el entorno económico? En un extenso estudio del BID titulado Ahorrar para desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor, los autores consideran que la cultura es un posible factor que explica las tasas de ahorro extremadamente bajas en la región. En el proceso, entablan un acalorado debate que todavía está por saldarse.
Ya lo dijeron los economistas del mundo, “la salud es la piedra angular del desarrollo económico sustentable”. Si bien es una afirmación inequívoca, todavía hay un largo camino por recorrer para que los servicios de salud sean de buena calidad y de acceso para todos en la región de América Latina y el Caribe.
¿Sabía Usted que más de 800 millones de mujeres y niñas de entre 15 y 49 años están menstruando ahora mismo? Algunas son sus colegas, amigas, compañeras y supervisoras. Hay quienes se incomodan frente al asunto, pero es central para la salud y oportunidades de la mujer.
“Su resultado es descrito como una ligera asociación automática del hombre con la carrera profesional y la mujer con la familia”. Para un hombre que se autodefine como feminista y que ha trabajado la mayor parte de su vida profesional el tema de la igualdad de género, mi resultado en el Test de asociación implícita sobre género y carrera profesional (en inglés, y que te invito a tomar -se necesita teclado-) fue devastador y muy revelador. Y no soy el único: el 75% de las personas que lo han hecho muestra, en un grado u otro, estos mismos prejuicios.
En la agricultura no es frecuente encontrar maneras relativamente sencillas de aumentar la productividad hasta un 20%. Una fórmula que funciona para los ganaderos es la introducción de árboles en sus tierras de pastoreo. A las vacas les gusta la sombra y crecen mucho más rápido cuando tienen árboles alrededor.
No es un misterio que con el paso de los años y en especial al acercarse a la adultez mayor hay un declive de los procesos fisiológicos y enfermedades oculares, auditivas, cardiovasculares y crónicas como la diabetes y la hipertensión son más comunes. De no prevenirse o controlarse, estas dolencias se convierten en enfermedades de larga duración y cuidado permanente. Hace unos meses participé en una conferencia sobre las herramientas para el cuidado de personas dependientes y adultos mayores. Uno de los aspectos que más llamó mi atención durante la conferencia fue el comentario de un panelista sobre la importancia de los 50 años y sus implicaciones para una buena vejez.