El profesor doctor Osmar Cuenca Torres (58) sufrió en carne propia los embates del covid que lo mantuvieron dos semanas en sala común y 17 días en terapia intensiva. Lo venció y está tan recuperado que ahora es flamante decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA. En esta entrevista comparte su experiencia.
Las urgencias de los principales hospitales como ser el Hospital Nacional de Itauguá y el Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA están casi siempre abarrotadas de pacientes, muchos de los cuales llegan en último estado, precisando ingresar a la unidad de cuidados intensivos. Y en la generalidad no es culpa del paciente, ya que el acceso a la salud, con todo lo que eso conlleva para los chequeos, como equipos médicos y especialistas, sigue siendo una deuda pendiente del Estado.
Uno de los problemas que aqueja a diario al ciudadano del departamento Central y en particular al sanlorenzano es la ocupación provisoria o usurpación permanente de veredas, calles y hasta plazas, en contubernio con las autoridades municipales de San Lorenzo, cuanto menos por dejadez. En esta materia las sucesivas autoridades municipales coloradas, desde la dictadura y hasta en los 32 años de gobierno en democracia, están en deuda con sus habitantes.
El Gobierno se atrasó en proveernos las vacunas contra el covid-19. Mientras veíamos que en países de la región ya estaban vacunando a su población, nosotros estábamos en ascuas, con algún allegado nuestro enfermando gravemente, incluso familias enteras, y muchos muriendo mientras la economía también se venia en picada.
Ser jefe de sala de la unidad de cuidados intensivos del área de contingencia respiratoria del Hospital de Clínicas y ser padre de cuatro adolescentes y niños –más uno en la dulce espera– son dos roles importantes y difíciles de compaginar, sobre todo en esta pandemia. De su experiencia nos habla del doctor Federico Fretes.
El viernes 28 de mayo una vez más se manifestaron los enfermos de cáncer y sus familiares frente al Instituto Nacional del Cáncer (Incan) para exigir al gobierno de Mario Abdo Benítez algo tan básico y que nunca debería faltar: medicamentos. Muchos esperan desde hace cinco meses los fármacos, otros más de un año, mientras algunos fallecieron durante esa espera que se hace eterna en el caso de los pacientes oncológicos.
Si bien en los últimos días estamos teniendo un descenso en el reporte oficial del número de pacientes fallecidos a causa del covid-19, las camas de internación como de la unidad de cuidados intensivos respiratorios siguen llenas. Además, la cifra de los contagios se mantiene elevada, mientras las vacunas llegan a cuentagotas.
Mujer, esposa, madre y médica con una gran responsabilidad en momentos cruciales de la pandemia que nos toca vivir en el Paraguay Todos estos conceptos se sintetizan en la doctora Yolanda González Barrios, directora del Hospital Nacional de Itauguá.
Si bien los médicos trascienden en la primera línea de batalla al covid-19, el personal de enfermería es el que tiene mayor tiempo de exposición en el frente. Son como los soldados que ejecutan las tareas minuto a minuto, destaca la subjefa del Departamento de Enfermería y Supervisora del Servicio Quirúrgico del Hospital de Clínicas, licenciada Ismelda Verónica Vázquez de Saldívar, de 56 años, y con 36 años de servicio.
Paraguay al igual que otros países pobres del mundo es y será el más afectado por la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia del covid-19. Esa cantera stronista de políticos inescrupulosos, oportunistas y corruptos, mayormente colorados y sus allegados, minaron todas las instituciones públicas de serviles a quienes los ubicaron sin ánimo de servir al pueblo que paga sus salarios y privilegios.