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Oración inicial
Animador: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!
Con este espíritu nos reunimos en esta casa: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después de terminar nuestras actividades del día, nos congregamos para rezar, reflexionar y cantar, y así prepararnos para la gran fiesta de la Navidad.
No queremos pasar la Navidad preparándonos para una fiesta social solamente. Queremos dar tiempo a esta fiesta, tiempo y espacio para mirar con gozo ese gran misterio del nacimiento del Niño-Dios.
Todos: "Niño-Dios, ven en nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión".
Animador: La casa es el lugar privilegiado para rezar y vivir la comunión en familia.
Que estos nueve días sean encuentros felices; que aprendamos a dialogar y a pedir a Dios por nuestra familia.
Recemos todos juntos: Padre Nuestro...
Cantemos una canción de Navidad: Navidad de flor de coco...
Lectura bíblica: Juan 15, 1-8
Reflexión:
"El que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada". El secreto de la obra salvadora de Jesús es la unidad "para que todos sean uno, como Tú en Mí y Yo en Ti; que ellos sean uno, para que el mundo crea". El entregó su vida, pues todo su acto de obediencia se encuentra en dos aspectos; que reconociéndonos como Hijos de Dios, descubramos que somos hermanos.
Pero existen grandes dificultades para vivir esta comunión: los celos, las discordias, la competencia desleal, la exigencia por sembrar un futuro mejor, lo que hace que vivamos muy acelerados y muchas veces lastimados y hasta pisoteando a los demás. Como consecuencia se da una vida de rupturas en los hogares, amistades, instituciones.
¿Qué hacer? La palabra que hoy escuchamos nos asegura que solo unidos como sarmientos a la vid, podremos dar un fruto conjunto, permanente y duradero. "Yo soy la vid" lo importante es estar vinculados a El por la fe, intensificando nuestra vida de oración, el culto a su palabra, participando de los sacramentos: Eucaristía y penitencia.
Al mismo tiempo, debemos estar dispuestos a despojarnos de todo lo que en nosotros es un obstáculo a su acción: comodidad, apego a los bienes materiales, sensualidad, etc. De esta manera, vivir en total dependencia de Jesús, que nos lleva a vivir su mandamiento "el amor", fuente de unidad transformada en comunión.
Sin Cristo no se puede nada, y todo es nada, fracaso y decepción. Pero con El se puede llegar a la cumbre de lo humano, traspasar ese límite y vivir en comunión, unidos como hermanos, en la luz y el amor.
Vamos a compartir
-¿Cuál es el secreto de la obra salvadora de Dios?
-¿Qué dificultades encontramos para vivir en comunión?
-¿A qué nos lleva el vivir en total dependencia de Jesús?
Vamos a rezar
-Para que en esta novena en preparación a la Navidad, el Señor nos conceda la gracia de reconocer al otro como hermano. Oremos.
-Para que nos despeguemos de las cosas inútiles que nos separan del amor de Dios. Oremos.
-Para que permanezcamos unidos a la vid verdadera. Oremos.
-Por todos nosotros para que la fuerza de nuestro bautismo nos anime a anunciar a Cristo. Oremos.
Compromiso evangélico
-Hacer un buen examen de conciencia, con sinceridad, para ver las cosas que me atan y me separan del amor de Jesús.
-Conversar en mi familia, trabajo, vecindario sobre actividades que podemos realizar en miras a los más necesitados. Que esto nos ayude a unirnos más.
Oración final
Animador: Qué alegría haber estado juntos como hermanos y dialogar sobre nuestra vida y nuestra fe. Todos hemos hablado y nos hemos enriquecido con los aportes de cada uno. Todo lo que hemos dicho nos debe ayudar a mirar la Navidad con ojos de fe y esperanza.
Todos: ¡Niño-Dios, ven a nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión!
Animador: Nos retiramos con gozo, pues hemos sentido la presencia de Dios entre nosotros. "Donde dos o tres están reunidos, allí estoy Yo", dice el Señor. Y donde está Jesús está María, su madre. Pidamos a ella que nos acompañe en estos días de preparación a recibir a su Hijo Jesús y que El permanezca en nuestros hogares durante todo el año 2010.
Recemos a María: Dios te salve María...
Animador: cantemos todos Noche de Paz.
Animador: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!
Con este espíritu nos reunimos en esta casa: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después de terminar nuestras actividades del día, nos congregamos para rezar, reflexionar y cantar, y así prepararnos para la gran fiesta de la Navidad.
No queremos pasar la Navidad preparándonos para una fiesta social solamente. Queremos dar tiempo a esta fiesta, tiempo y espacio para mirar con gozo ese gran misterio del nacimiento del Niño-Dios.
Todos: "Niño-Dios, ven en nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión".
Animador: La casa es el lugar privilegiado para rezar y vivir la comunión en familia.
Que estos nueve días sean encuentros felices; que aprendamos a dialogar y a pedir a Dios por nuestra familia.
Recemos todos juntos: Padre Nuestro...
Cantemos una canción de Navidad: Navidad de flor de coco...
Lectura bíblica: Juan 15, 1-8
Reflexión:
"El que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada". El secreto de la obra salvadora de Jesús es la unidad "para que todos sean uno, como Tú en Mí y Yo en Ti; que ellos sean uno, para que el mundo crea". El entregó su vida, pues todo su acto de obediencia se encuentra en dos aspectos; que reconociéndonos como Hijos de Dios, descubramos que somos hermanos.
Pero existen grandes dificultades para vivir esta comunión: los celos, las discordias, la competencia desleal, la exigencia por sembrar un futuro mejor, lo que hace que vivamos muy acelerados y muchas veces lastimados y hasta pisoteando a los demás. Como consecuencia se da una vida de rupturas en los hogares, amistades, instituciones.
¿Qué hacer? La palabra que hoy escuchamos nos asegura que solo unidos como sarmientos a la vid, podremos dar un fruto conjunto, permanente y duradero. "Yo soy la vid" lo importante es estar vinculados a El por la fe, intensificando nuestra vida de oración, el culto a su palabra, participando de los sacramentos: Eucaristía y penitencia.
Al mismo tiempo, debemos estar dispuestos a despojarnos de todo lo que en nosotros es un obstáculo a su acción: comodidad, apego a los bienes materiales, sensualidad, etc. De esta manera, vivir en total dependencia de Jesús, que nos lleva a vivir su mandamiento "el amor", fuente de unidad transformada en comunión.
Sin Cristo no se puede nada, y todo es nada, fracaso y decepción. Pero con El se puede llegar a la cumbre de lo humano, traspasar ese límite y vivir en comunión, unidos como hermanos, en la luz y el amor.
Vamos a compartir
-¿Cuál es el secreto de la obra salvadora de Dios?
-¿Qué dificultades encontramos para vivir en comunión?
-¿A qué nos lleva el vivir en total dependencia de Jesús?
Vamos a rezar
-Para que en esta novena en preparación a la Navidad, el Señor nos conceda la gracia de reconocer al otro como hermano. Oremos.
-Para que nos despeguemos de las cosas inútiles que nos separan del amor de Dios. Oremos.
-Para que permanezcamos unidos a la vid verdadera. Oremos.
-Por todos nosotros para que la fuerza de nuestro bautismo nos anime a anunciar a Cristo. Oremos.
Compromiso evangélico
-Hacer un buen examen de conciencia, con sinceridad, para ver las cosas que me atan y me separan del amor de Jesús.
-Conversar en mi familia, trabajo, vecindario sobre actividades que podemos realizar en miras a los más necesitados. Que esto nos ayude a unirnos más.
Oración final
Animador: Qué alegría haber estado juntos como hermanos y dialogar sobre nuestra vida y nuestra fe. Todos hemos hablado y nos hemos enriquecido con los aportes de cada uno. Todo lo que hemos dicho nos debe ayudar a mirar la Navidad con ojos de fe y esperanza.
Todos: ¡Niño-Dios, ven a nuestra casa y haz de ella una escuela de oración y comunión!
Animador: Nos retiramos con gozo, pues hemos sentido la presencia de Dios entre nosotros. "Donde dos o tres están reunidos, allí estoy Yo", dice el Señor. Y donde está Jesús está María, su madre. Pidamos a ella que nos acompañe en estos días de preparación a recibir a su Hijo Jesús y que El permanezca en nuestros hogares durante todo el año 2010.
Recemos a María: Dios te salve María...
Animador: cantemos todos Noche de Paz.