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"Vestir el uniforme verde olivo fue mi gran deseo en mi juventud y lo hice por un año, por amor a la patria y porque en el cuartel aprendí la disciplina y las experiencias varoniles que me sirvieron toda mi vida". Eso afirma Elías Conrado Duarte Benítez (82), oriundo de Villarrica, quien nos cuenta en esta nota que prestó servicios en 1946 en el Comando de Transmisiones, con asiento en Tacumbú, entrenando palomas mensajeras. Esta es su historia.
"Quiero compartir mi hermosa experiencia de juventud al prestar mi servicio militar por amor a la patria después de 62 años de aquel hecho que marcó mi existencia", nos dijo al llegar hasta la redacción de ABC Color, Elías Conrado Duarte, en compañía de su hija y su nieta.
"Mi testimonio de vida comparto en el marco del cincuentenario de la creación del Arma de Comunicaciones que se cumple este año. Es un homenaje que quiero darles a los soldados que prestaron servicios en el Comando de Comunicaciones desde su creación hace 50 años", sentenció.
Dijo que su gran ilusión siempre fue vestir el uniforme verde olivo y así lo hizo en el Arma de Trasmisiones, con asiento en Viñas Cue, primero, y luego fue comisionado al Centro de Instrucción de Palomas Mensajeras (CIPM) en Tacumbú.
Duarte nació el 1 de julio de 1927 en Villarrica.
"Yo formaba parte de un grupo de camaradas que adiestraba a 174 palomas mensajeras como medio alternativo de comunicación para que las mismas entren en acción cuando se cortaba el teléfono y el telégrafo en el caso de que haya una revolución o una eventual guerra en el país", explicó.
Entrenamiento de palomas
Don Elías dijo orgulloso que dejaban volar a las palomas durante media hora, a las 8:00, y por las tardes a las 16:00 durante el entrenamiento.
"Para bajar las palomas en la base, atábamos una bandera roja por una tacuara. Luego las dejábamos volar en bandadas.
Cuando regresaban a la base para posar por la tacuara y veían que todavía seguía izada la bandera roja, volvían a volar una y otra vez, hasta bajar la bandera a tierra. Las palomas son muy disciplinadas y aprenden muy rápido", manifestó.
Cuidados
Según el soldado, las palomas nacen con sus patitas cerradas y ese periodo se aprovecha para colocarle el anillo donde llevarán el papel con algún mensaje al puesto de Comando para donde fue entrenado.
"Cuando las patitas se abren a los 15 días de nacidas, las palomas ya tienen colocadas los anillos y se acostumbran a convivir con ello. Las pruebas son para realizar comunicación de cuartel a cuartel en caso de guerra", puntualizó.
Recordó que en las prácticas, el Ejército paraguayo lleva cuatro palomas para acompañar a las tropas. Así, si caen en poder del enemigo y se corta todo mensaje de comunicación por cable, la paloma sabe que debe volver a la base a entregar el mensaje en la Comandancia.
"Es muy fácil entrenar a las palomas para entregar el mensaje. Si hay cambio de comando, en 15 días ya aprenden el nuevo local de entrega", sentenció a la vez de indicar que las palomas nunca bajan en cualquier lugar, sino solamente en la base para descansar y alimentarse.
Recordó que el instructor argentino en adiestramiento de palomas mensajeras era el Tte. de Comunicaciones, Junio Quinto. Y con él eran tres los soldados comisionados para entrenar a las palomas.
Recordó que alimentaban a las palomas con aceite de bacalao y harina para reforzar su alimentación que es a base de lenteja y galleta, normalmente.
Como anécdota de la rapidez de las palomas y su efectividad como medio de comunicación recordó que un día una tropa vino de Eusebio Ayala (ex Barrero Grande) en un camión hasta Tacumbú. Al mismo tiempo largaron las palomas con la instrucción de regresar a la base en Tacumbú.
Cuando los soldados llegaron a la base con sorpresa constataron que las palomas habían llegado mucho antes que la tropa y ni siquiera estaban cansadas del largo viaje.
Indicó que en medio oriente todavía existe este medio alternativo de comunicación muy difundido.
"El enemigo no puede interceptar fácilmente el mensaje que lleva consigo. Por eso es más seguro que los medios de comunicación como la radio y los teléfonos", resaltó Duarte.
Familia
Elías Duarte es padre de 7 hijos y 17 nietos. Vive en Colonia Jorve Naville, ex Capiitindy, ubicado a 15 kilómetros de Villarrica. Está casado desde hace 51 años con Fermina Giménez, de 71 años, y ambos son agricultores.
"Vivimos como novios desde que nos casamos, hasta hoy", resaltó con simpatía.
Y refirió que cuanto más tiempo pasa más le quiere a su esposa. Porque es muy completa.
"No puedo estar sin ella. Le considero como una parte de mi cuerpo. Me alejo uno o dos días por algún viaje y ya le extraño. Solo quiero volver cuanto antes a su lado. Es una mujer maravillosa que me formó como hombre y me ayudó a ser responsable. Es la mejor compañera de vida que pude haber elegido. Y nuestros hijos son personas de bien, en su mayoría docentes", puntualizó.
Agregó que, actualmente, tienen una huerta familiar y la cría de animales domésticos.
Servicio en la milicia
Yolanda Duarte Giménez, su hija religiosa de la Congregación Hermanas del Huerto que le acompañó para la entrevista en ABC, nos dijo que lleva más de 10 años trabajando en catequesis en los cuarteles, con policías y militares.
Actualmente está viviendo en una comunidad religiosa de Emboscada. También dijo que la hermana de su papá, su tía Carmen Duarte Benítez, también es religiosa.
Resaltó que le entristece que en la actualidad los muchachos ya no quieran ir al cuartel.
"Antes, prestar el servicio militar era sinónimo de patriotismo. Terminar el cuartel equivalía que ya maduró la persona como varón", manifestó.
"Yo siempre estuve orgulloso de ir al cuartel. Recuerdo cómo una de mis mejores épocas, tenía solo 17 años y vestía con patriotismo y orgullo mi uniforme de verde olivo, de soldado", significó a la vez de agregar que muchas dificultades en la vida pudo sobrellevar gracias a la formación que recibió en el cuartel.
"Solo pude estudiar hasta el segundo grado, pero siempre fui trabajador, honesto y sacrificado y esos valores les inculqué a mis hijos. Principalmente, les resalté a mis hijos varones que tienen que amar y respetar a su novia, esposa o hermana.
Porque la mujer es la mejor joya preciosa que Dios entregó al varón para acompañarle en la vida", concluyó.
"Quiero compartir mi hermosa experiencia de juventud al prestar mi servicio militar por amor a la patria después de 62 años de aquel hecho que marcó mi existencia", nos dijo al llegar hasta la redacción de ABC Color, Elías Conrado Duarte, en compañía de su hija y su nieta.
"Mi testimonio de vida comparto en el marco del cincuentenario de la creación del Arma de Comunicaciones que se cumple este año. Es un homenaje que quiero darles a los soldados que prestaron servicios en el Comando de Comunicaciones desde su creación hace 50 años", sentenció.
Dijo que su gran ilusión siempre fue vestir el uniforme verde olivo y así lo hizo en el Arma de Trasmisiones, con asiento en Viñas Cue, primero, y luego fue comisionado al Centro de Instrucción de Palomas Mensajeras (CIPM) en Tacumbú.
Duarte nació el 1 de julio de 1927 en Villarrica.
"Yo formaba parte de un grupo de camaradas que adiestraba a 174 palomas mensajeras como medio alternativo de comunicación para que las mismas entren en acción cuando se cortaba el teléfono y el telégrafo en el caso de que haya una revolución o una eventual guerra en el país", explicó.
Entrenamiento de palomas
Don Elías dijo orgulloso que dejaban volar a las palomas durante media hora, a las 8:00, y por las tardes a las 16:00 durante el entrenamiento.
"Para bajar las palomas en la base, atábamos una bandera roja por una tacuara. Luego las dejábamos volar en bandadas.
Cuando regresaban a la base para posar por la tacuara y veían que todavía seguía izada la bandera roja, volvían a volar una y otra vez, hasta bajar la bandera a tierra. Las palomas son muy disciplinadas y aprenden muy rápido", manifestó.
Cuidados
Según el soldado, las palomas nacen con sus patitas cerradas y ese periodo se aprovecha para colocarle el anillo donde llevarán el papel con algún mensaje al puesto de Comando para donde fue entrenado.
"Cuando las patitas se abren a los 15 días de nacidas, las palomas ya tienen colocadas los anillos y se acostumbran a convivir con ello. Las pruebas son para realizar comunicación de cuartel a cuartel en caso de guerra", puntualizó.
Recordó que en las prácticas, el Ejército paraguayo lleva cuatro palomas para acompañar a las tropas. Así, si caen en poder del enemigo y se corta todo mensaje de comunicación por cable, la paloma sabe que debe volver a la base a entregar el mensaje en la Comandancia.
"Es muy fácil entrenar a las palomas para entregar el mensaje. Si hay cambio de comando, en 15 días ya aprenden el nuevo local de entrega", sentenció a la vez de indicar que las palomas nunca bajan en cualquier lugar, sino solamente en la base para descansar y alimentarse.
Recordó que el instructor argentino en adiestramiento de palomas mensajeras era el Tte. de Comunicaciones, Junio Quinto. Y con él eran tres los soldados comisionados para entrenar a las palomas.
Recordó que alimentaban a las palomas con aceite de bacalao y harina para reforzar su alimentación que es a base de lenteja y galleta, normalmente.
Como anécdota de la rapidez de las palomas y su efectividad como medio de comunicación recordó que un día una tropa vino de Eusebio Ayala (ex Barrero Grande) en un camión hasta Tacumbú. Al mismo tiempo largaron las palomas con la instrucción de regresar a la base en Tacumbú.
Cuando los soldados llegaron a la base con sorpresa constataron que las palomas habían llegado mucho antes que la tropa y ni siquiera estaban cansadas del largo viaje.
Indicó que en medio oriente todavía existe este medio alternativo de comunicación muy difundido.
"El enemigo no puede interceptar fácilmente el mensaje que lleva consigo. Por eso es más seguro que los medios de comunicación como la radio y los teléfonos", resaltó Duarte.
Familia
Elías Duarte es padre de 7 hijos y 17 nietos. Vive en Colonia Jorve Naville, ex Capiitindy, ubicado a 15 kilómetros de Villarrica. Está casado desde hace 51 años con Fermina Giménez, de 71 años, y ambos son agricultores.
"Vivimos como novios desde que nos casamos, hasta hoy", resaltó con simpatía.
Y refirió que cuanto más tiempo pasa más le quiere a su esposa. Porque es muy completa.
"No puedo estar sin ella. Le considero como una parte de mi cuerpo. Me alejo uno o dos días por algún viaje y ya le extraño. Solo quiero volver cuanto antes a su lado. Es una mujer maravillosa que me formó como hombre y me ayudó a ser responsable. Es la mejor compañera de vida que pude haber elegido. Y nuestros hijos son personas de bien, en su mayoría docentes", puntualizó.
Agregó que, actualmente, tienen una huerta familiar y la cría de animales domésticos.
Servicio en la milicia
Yolanda Duarte Giménez, su hija religiosa de la Congregación Hermanas del Huerto que le acompañó para la entrevista en ABC, nos dijo que lleva más de 10 años trabajando en catequesis en los cuarteles, con policías y militares.
Actualmente está viviendo en una comunidad religiosa de Emboscada. También dijo que la hermana de su papá, su tía Carmen Duarte Benítez, también es religiosa.
Resaltó que le entristece que en la actualidad los muchachos ya no quieran ir al cuartel.
"Antes, prestar el servicio militar era sinónimo de patriotismo. Terminar el cuartel equivalía que ya maduró la persona como varón", manifestó.
"Yo siempre estuve orgulloso de ir al cuartel. Recuerdo cómo una de mis mejores épocas, tenía solo 17 años y vestía con patriotismo y orgullo mi uniforme de verde olivo, de soldado", significó a la vez de agregar que muchas dificultades en la vida pudo sobrellevar gracias a la formación que recibió en el cuartel.
"Solo pude estudiar hasta el segundo grado, pero siempre fui trabajador, honesto y sacrificado y esos valores les inculqué a mis hijos. Principalmente, les resalté a mis hijos varones que tienen que amar y respetar a su novia, esposa o hermana.
Porque la mujer es la mejor joya preciosa que Dios entregó al varón para acompañarle en la vida", concluyó.