Ver a su madre y hermana mayor ser tan coquetas fue la mejor influencia que Sabrina hoy recuerda. Aunque comenta que en su época de dolescente nunca pensó que iba a terminar dedicándose al maquillaje de manera profesional.

Estudió la carrera de Diseño Industrial, pero llegó una etapa de su vida en que nada de lo que emprendía la llenaba. Tenía habilidad con los trabajos manuales, artísticos.

“Miraba cómo mamá se arreglaba. Combinaba cada ropa con los accesorios y el maquillaje. Se maquillaba hasta en el auto y yo fui absorbiendo eso”. Miraba cómo utilizaba los colores y trazaba formas usando diferentes estilos.

Sabrina prácticamente creció en unconocido salón de belleza por la relación que la propietaria tenía con su madre. En ese lugar, se familiarizó y aprendió observando. Su fama fue creciendo en el círculo que frecuentaba, pero lo hacía como un hobby y ahora afirma que en aquella época solo probaba e imitaba lo que veía. Tuvo varias actividades antes de encontrar lo que realmente le daba satisfacción. Mediante uno de sus trabajos se involucró con la organización del Asunción Fashion Week, en sus primeras ediciones.

Durante esta semana dedicada exclusivamente a la moda, la joven recibía a los invitados y a la prensa. Entre las personas que llegaron estaba Mabby Autino, una de las más prestigiosas maquilladoras de la argentina, que cuenta con su propia marca Mabby Professional Make Up. La profesional invitada vio a Sabrina y le gustó su estilo, la forma cómo ella estaba arreglada y cómo se desenvolvía.

Un tiempo después recibió la propuesta de Fuschia, firma que representaría Mabby Professional Make Up, de incorporarse al staff y ser la cargada de la marca. Aceptó la propuesta. Desde hace dos años se dedica a hacer conocer la línea de productos, recorrer los puntos de venta, asesorar y, por supuesto, maquillar.

En cuanto a las satisfacciones que le produce ser maquilladora, nuestra entrevistada considera que darle alegría a la cliente es algo muy especial. Al concluir un trabajo, ellas se sienten más lindas, con mayor autoestima. A su criterio, no existe mujer fea; el maquillaje es una técnica para resaltar virtudes. “Hay mujeres que no están satisfechas con ciertas zonas de sus rostros, pero con el maquillaje se puede mejorar bastante, disimularlas, porque para cada zona hay un truco”, expresó.

De acuerdo a la elección de los colores, a la inspiración, el maquillaje puede ser considerado un arte. Ella trata de usar todos los colores de la paleta. “Ahora que me formé de manera profesional, sé que a través de una aplicación adecuada se mejora notablemente, aunque también puede pasar todo lo contrario. Sonriente recuerda a “las pobres víctimas que pasaron por sus manos antes” ya que desde adolescente maquilló a sus amigas. “Suelo decir que cuando estoy algo triste o sin ganas salen los mejores resultados.

Creo que es una forma de relajarme, porque me dedico exclusivamente a la persona y me olvido del resto del mundo y hasta de mis disgustos”. Actualmente, estudia teatro con Margarita Irún y le encanta, porque considera que es un complemento a su carrera de maquilladora, ya que para las presentaciones que les toca realizar, ella misma se encarga de asesorar. En cuanto a su faceta como actriz tuvo participación en la serie nacional González vs Bonetti, la revancha.

Le correspondió personificar a Berenice, presidenta del club de fans de Ruli, uno de los actores principales. Con respecto a su participación mencionó que fue algo diferente, ya que la gente que la conoce la vio de otra forma, porque se la relaciona más con el mundo de la cosmética