Leer significa acariciar con los ojos las letras que hablan. Leer significa atrapar esas letras y hacerlas nuestras. Leer significa tocar con la vista los pensamientos de otros. Leer significa comunicarse, pero comunicarse hasta lo más profundo; es decir, llegar por medio de los ojos al espíritu de todas las cosas. No significa simplemente deletrear y pasar por encima de las ideas, sino que se debe penetrar dentro del texto para obtener toda la sustancia posible.

Al leer estamos realizando un acto pleno y productivo, un acto superior y de los más complejos de que es capaz el cerebro humano. Al leer estamos moviendo nuestra voluntad. Los “mensajes audiovisuales”, imágenes y sonidos, necesitan menos esfuerzo para ser captados. Los “mensajes escritos” requieren un desciframiento; o sea, una acción más abierta y decidida. Ver la televisión, por ejemplo, es un hecho pasivo. Leer, en cambio, es un hecho plenamente activo, A veces le tenemos miedo a la lectura, porque pensamos que requiere demasiado esfuerzo. Y es verdad, exige un esfuerzo; pero no tan grande como para que no podamos hacerlo.

El ejercicio de la lectura tiene que desarrollarse por medio de hábitos. Necesita de un método, poder de concentración y raciocinio. No podemos leer eficaz y placenteramente de la noche a la mañana. En una buena clase de español formaremos esos hábitos y los ejercitaremos.

Tenemos que fortalecer nuestra capacidad de lectura para ser lectores, hacer ejercicios de lectura como los atletas los hacen para lograr sus objetivos, ¿has visto que alguien salte una barrera de dos metros de altura sin previo entrenamiento?

Leer es dibujar en nuestro pensamiento el mundo de otras personas. Leer es activar nuestra imaginación. Leer es un acto recreativo y creativo, al mismo tiempo. Con la lectura recreamos el universo ajeno y nos ayudamos a crear y enriquecer el nuestro. La lectura es comunicación profunda, es conocimiento de pensamientos diferentes al propio ensanchando la capacidad para comprender a las demás personas; viene a ser como un surco que ahonda la propia capacidad intelectual. Desarrolla el comprender a otros, aun cuando no se esté de acuerdo con ellos, sabiendo que es la base del diálogo y de la tolerancia. Cerrarse, en cambio, es señal de estrechez de criterio.

¿Y todos los textos se leen de la misma manera?

Claro que no. Y puesto que existen diferentes tipos de textos, existen diversos métodos para leerlos, en términos muy generales, podríamos mencionar dos tipos de textos: informativos y literarios.

Los textos informativos nos transmiten ideas y, como su nombre lo dice, nos “informan”, nos llevan a conocer los más diversos contenidos. Estos textos pueden ser diferentes por sus temas (filosofía, matemáticas, deportes) y por su vehículo de expresión: un libro científico, un periódico, un libro de texto, un folleto. El texto informativo debe ser claro, es decir tener un solo significado. La división en párrafos y bloques de ideas sirve para darles mayor orden y claridad a las ideas.

Los textos literarios, además de transmitirnos ideas, nos transmiten emociones, estados de ánimo y formas de ver el mundo (puntos de vistas personales). Se dividen por medio de lo que llamamos géneros (poesía, cuento, novela, fábula, teatro, etc). Los textos literarios utilizan la escritura como forma de “comunicación lingüística”, pero en el fondo se interesan mucho más por la “comunicación estética”; esto quiere decir, por la transmisión de emociones y sentimientos de una manera bella.

A los textos literarios les importa más la “belleza” de la forma que el contenido mismo, son una expresión artística. Por ello es necesario tener en cuenta que para realizar la interpretación de un texto literario no existen respuestas, a preguntas de un cuestionario dado, que sean exactas o directas, un texto literario es ambiguo porque produce ciertas sugerencias interpretativas. He allí el porqué de un análisis y el tener una especial atención al vocabulario y las expresiones usadas por el escritor, ya que es su materia prima. Además, las preguntas pueden ser de carácter comprensivas o interpretativas de acuerdo a lo buscado, para poder apoderarnos de las ideas que se ocultan en él o deducirlas.

La práctica de la división en párrafos y bloques de ideas sirve para darle un ritmo y una intención particular a lo escrito. Son más importantes las acciones que las ideas. Primero leemos el texto y captamos las ideas. Por lo general para determinar el contendido de una obra, preguntamos ¿de qué trata? procurando desentrañar e identificar las ideas y sentimientos que encierra.
Al hablar del género, estamos tratando la forma: ¿cómo está escrito el texto? La poesía de una forma poética, la novela de una manera narrativa y una obra teatral está escrita en diálogos para representarse en un escenario para un público.

La frase de hoy: La lectura concienzuda nos incita a la verdad con la oposición y contraste que ofrecen tantas doctrinas. El esclarecimiento del error fortifica la verdad. Nunca ha destacado tanto el brillo del pensamiento correcto como cuando se compara con lo incorrecto.