Teorías de la evolución (I)

Para entender lo que es la teoría de la evolución es necesario comprender lo que es una especie; esta es un conjunto de organismos similares que se cruzan y producen una descendencia fértil; un caballo y una yegua son los organismos masculino y femenino de la especie, su cruza produce animales idénticos genéticamente, los cuales a su vez darán origen a otros similares después de reproducirse.

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Si comparas una cebra y un caballo hay muchos parecidos entre ambos, pero son de distinta especie; sin embargo, los científicos los estudian -así como a muchos otros organismos- para determinar si pudieron tener un origen común.

La principal idea de la teoría de la evolución es que las poblaciones de organismos pueden sufrir cambios biológicos a través de varias generaciones; es un proceso de cambio lento y continuo mediante el cual, de una especie determinada, han surgido otras con diferentes características genéticas. Si retrocedemos a nuestro ejemplo, los evolucionistas piensan que el caballo actual es producto de la evolución de otras especies parecidas, que se han transformado biológicamente. La transformación biológica, a su vez, implica cambios morfológicos, anatómicos, fisiológicos y, principalmente, genéticos.

Teorías evolutivas

Lamarck

Jean Baptiste Lamarck, científico francés, propuso una hipótesis hoy desechada sobre la evolución.

Lamarck sugirió que los fenómenos y procesos en un organismo podían producir cambios y transformaciones en ese organismo; propuso su famosa ley del uso y del desuso, por la cual los órganos y partes de un ser vivo que más eran utilizadas se desarrollaban más y aquellas estructuras no utilizadas se atrofiaban e incluso desaparecían. Estos cambios, incluso, eran transmitidos a la descendencia, con lo cual pasaban gradualmente de generación en generación hasta perpetuarse en la especie.

Su ejemplo típico es el de la jirafa, cuyo cuello, decía Lamarck, al principio era de corta longitud. Debido a la escasez de arbustos y hierbas, las jirafas se vieron en la necesidad de alimentarse de las hojas de árboles altos, por lo cual debieron “estirar” gradualmente su cuello, es decir, por tanto uso y estiramiento, su cuello llegó a tener la longitud que tiene en los individuos actuales. Llamó a esto herencia de los caracteres hereditarios adquiridos.

Si las características adquiridas por el cuerpo se pudieran heredar, entonces se debería producir un cambio en la información genética de los cromosomas de las células sexuales; tendría que existir un mecanismo para cambiar esa información genética. En la actualidad, con la genética de avanzada, no se ha descubierto tal mecanismo; y menos en forma natural.
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