Son paraguayos aunque tengan los ojos azules y la piel blanca

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Egon Genser es descendiente de alemanes. Su bisabuelo llegó al Paraguay en 1912 a trabajar la tierra. Su abuelo integró el Ejército paraguayo a lo largo de la Guerra del Chaco. "Soy paraguayo aunque tenga ojos azules y la piel blanca", expresó indignado ante los comentarios de Victoriano López cuestionando la nacionalidad de los colonos de origen extranjero. Egon no está dispuesto a aceptar el chantaje, entregando  sus tierras a los "carperos".

La dirigencia de los "carperos" utiliza un discurso abiertamente xenofóbico. No lo hace por ignorancia, sino por necesidad.

No tiene como sostener el reclamo sobre tierras que tienen legítimos propietarios y entonces apela al grito de soberanía: "tierra para los paraguayos".   
  
Solo los paraguayos tienen derecho a poseer tierras en Paraguay.   
  
La fuerza de los "carperos" radica en su capacidad de movilizar masas. Y el discurso de la dirigencia tiene que ser extremadamente simple para que un grupo de personas no haga otra cosa sino agruparse, invadir o enfrentar a la Policía Nacional.

A nadie le importa la racionalidad del discurso, sino la eficacia del método.

La suma de disparates
  
De acuerdo a la Constitución Nacional y las leyes que rigen la República, basta con nacer dentro del territorio nacional para ser paraguayo, con la posibilidad inclusive de adoptar la nacionalidad. No existe ninguna otra exigencia.   

Los hijos de colonos brasileños que nacieron en Paraguay son paraguayos naturales, con derechos y obligaciones establecidos legalmente.

El grito de "tierra para los paraguayos" tiene su alcance también en beneficio de los hijos de los colonos, porque son paraguayos.   
  
Victoriano López encontró la solución para este problema: "Los brasileños siempre van a ser brasileños. Aunque sus hijos nazcan en Paraguay son brasileños. Nunca van a ser paraguayos".

De esta forma "legitimó" la reivindicación de "tierra para los paraguayos".   
  
Obviamente es un perfecto disparate lo que dice, pero eso no interesa a las masas.   

En la Guerra del Chaco
  
Egon Genser (52) es descendiente de alemanes. Tiene su propiedad en la colonia Curupayty, distrito de Santa Rosa del Monday, donde vive con su familia.   
  
Rodolfo Genser, su bisabuelo, llegó al Paraguay en el año 1912. "Vino con una mano adelante y otra atrás. Su único bien era la voluntad de trabajar duro para salir adelante. No tenía nada. Aquí hizo un préstamo para comprar 50 hectáreas de tierra que estaban ubicadas en Jesús y Trinidad".   
  
La madre de Egon se llama Erma, tiene 72 años y vive en la casa de su hijo. Sus padres también llegaron de Alemania, en el año 1920. En el viaje a nuestro país, uno de los hijos enfermó en el barco y finalmente murió. El ahorro disponible para empezar una nueva vida se perdió en el intento de salvar la vida del pequeño. Cuando llegaron al puerto de Asunción, estaban en quiebra.   
  
El fallecimiento de los abuelos en Alemania les permitió contar con cierto dinero para comprar un pedazo de tierra.

Realizaron su inversión también en los alrededores de Jesús y Trinidad, donde la tierra era más barata. Era difícil conseguir colonos para esa región por la lejanía y la carencia de servicios e infraestructura. Nadie quería ir.   
  
"Nunca más volvieron a Europa, quedaron en Paraguay a trabajar la tierra", señala Egon.   
  
En ese ínterin, los preparativos para combatir con Bolivia sumieron a todo el país en la tristeza de ver partir a sus hijos a la guerra.

El abuelo de Erma, Juan Yabusch, fue llamado para alistarse en el Ejército paraguaya. Dada su habilidad para conducir y reparar vehículos, fue uno de los hombres que dieron gloria a los Choferes del Chaco.   
  
Al finalizar la guerra, luego de tres años, volvió a su hogar en Jesús y Trinidad.   

Indignación de Egon
  
"Me indigna escuchar que no somos paraguayos porque tenemos ojos azules y la piel blanca. Todos los días Victoriano López está repitiendo lo mismo por las radios".

"Dice que tenemos que abandonar nuestras tierras y entregarlas a los ‘carperos’. Yo soy paraguayo y mis hijos también son paraguayos. Cuatro generaciones de los Genser viven y trabajan en esta patria", expresó Egon.   
  
Egon se pregunta: "Y nuestro trabajo? ¿Nuestro sacrificio? ¿Eso no cuenta para nada? Aquí se trabaja duro para salir adelante. No tenemos por qué entregar el fruto de nuestro trabajo a nadie. La tierra que tenemos es legítima".

Comentó que "tengo dos hijos varones, de 17 y 22 años, quienes todos los días salen a la madrugada para ir a la chacra. Son jóvenes pero no conocen de sábado ni domingo en tiempos de la cosecha. Yo creo que así se hace patria, con trabajo".   

Egon no está dispuesto a aceptar el chantaje. "Voy a defender a mi familia. Mi tierra es todo lo que tengo".

 

 roque@abc.com.py

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