Indudablemente, esa comunicación con el arte, la cultura y la moda van de la mano, ya que la artista plástica y diseñadora de alta moda, Soraya Bittar, hace de la prenda una obra de arte en la que se conjugan cortes poco tradicionales, pero de mucha espontaneidad y collage de texturas, estilo y terminación perfecta. Ella busca resaltar la femineidad de cada mujer, plasmar sus ideas y dar vida a los vestidos, logrando así una amplia armonía. Trajes glamorosos que no dependan del bordado u otros elementos, sino que se destaquen por su corte y estilo. Le fascinan los géneros únicos e irrepetibles, solo que por el alto costo muchas veces no pueden optar por ellos.

-¿Cómo definís el concepto de estilo y belleza?

-Estilo para mí es ese condimento que refuerza la personalidad y la individualidad de cada una, y belleza es equilibrio y armonía en las proporciones y se ajusta exactamente tanto en arquitectura como en pintura y moda. Si en moda se combinan estilo y belleza, lo que fluye es ese derroche de prestancia y elegancia que cautiva y que te infunde ese deleite visual que es “glamour”.

-¿La moda es un negocio fructífero, se compra y se vende?

-Creo que sí. Absolutamente, y está siguiendo muy de cerca al negocio de la estética que tanto dinero mueve. Hoy, la gente está pendiente de lo que se va a usar y acá en Paraguay, insisto, es un negocio que mueve mucho dinero, tanto del público masculino como del femenino.

-Si comparamos la moda argentina y la nuestra, ¿qué nos falta?

-Argentina está a la vanguardia por muchos motivos. Fijate que uno de ellos es el desembarco en su capital de las principales marcas del mundo de la moda. Tienen en sus vidrieras exactamente las mismas prendas que en París o Milán. Vos en Buenos Aires lo encontrás. Y hay algo que es innegable: Argentina se nutre de Europa, y Paraguay se nutre de Argentina. No obstante, el mercado paraguayo en el mundo de la moda ha tenido un gran avance, y nos falta creer más en nuestra capacidad, y llegar a Europa sin escalas en la capital porteña.

-Has podido conjugar las dos pasiones de cualquier mujer: la familia y el trabajo.

-Gracias a Dios, sí. Te imaginás que por mi condición de arquitecta, artista plástica, diseñadora y mamá de 3 hijos, mi día tendría que tener por lo menos 26 horas. Pero como tengo una familia preciosa que me apoya en todo: mi esposo Carlos, que es el rey, y mis tres hijos que son la luz de mi vida: Verónica (18), Yamil (8) y Lien Elías (4), cada día que empieza es una bendición.

-¿Te definís como una mujer fashion?

-Mis amigas dicen que sí (entre risas). Yo realmente me defino como una mujer de gusto y paladar exquisito, que no deja ni el más mínimo detalle librado al azar.

Pero, por otro lado, soy una persona muy creyente y con los pies absolutamente puestos sobre la tierra.